Relato erótico: "De puertas adentro" por Nika

martes, 2 de junio de 2015
Rosa y Natalia eran una pareja tradicional; no solían cogerse de la mano en público, ni darse un beso aunque Natalia no tenía ningún inconveniente. Rosa era mas reservada de cara a la galería.
Esta pareja era totalmente diferente cuando estaban a solas. Les gustaba jugar, experimentar en el sexo y acabar follando como locas casi cada noche.
Un día que Rosa estaba trabajando, Natalia preparó varias cosas para jugar que había comprado en internet a espaldas de su amante. Se dio un baño relajante, se vistió con lo que había comprado, se puso unas gotas de perfume con feromonas que volvería loca a su pareja y escondió algunos juguetitos. Cuando Rosa llegó se encontró a su pareja en bata.

- Hola cariño. ¿Cómo que estás en bata? - preguntó.
- Me acabo de duchar - contestó Natalia acercándose y besando a su chica. Rosa inhaló el suave perfume de su pareja y la agarró del culo con las dos manos.
- No, no. Vete a la ducha anda - dijo Natalia dándole un suave empujón.

Rosa ya excitada por ese olor que la volvía loca fue directamente a la ducha, riéndose y pensando en que pasaría después.
Mientras tanto, Natalia preparó una silla en mitad de su salón, puso un cd con la banda sonora de nueve semanas y media, se guardó unas esposas en el bolsillo y por último cogió un pañuelo largo y negro. Escuchó que Rosa salía de la ducha y se secaba el cuerpo, pero antes de que pudiera hacer nada más, Natalia ya estaba detrás de ella susurrándole al oído:

- Confías en mí ¿verdad?
- Sabes que sí - contestó Rosa mientras notaba como le tapaba los ojos.

Natalia cogió de la mano a la otra mujer y la guió hasta el salón. Seguidamente hizo que se parara para ponerle un arnés a su chica, consiguiendo que ésta gimiera ligeramente al saber que era aquello. Después la guió hasta la silla, la sentó y la esposó con las manos a la espalda impidiendo que pudiera moverse.
Natalia puso música con el mando del equipo musical y se quitó la bata. Se acercó a Rosa y empezó a besarla con pasión, jugando con su lengua, mordiendole los labios. Después se separó bruscamente dejando a su pareja con ganas de más, le quitó el pañuelo de los ojos dándole la espalda y alejándose de ella.
Cuando Rosa recuperó la visibilidad, encontró a su pareja vestida con un tanga negro y un corsé del mismo color que ceñía el cuerpo de Natalia a la perfección y levantaba más aún sus voluminosos pechos. La mujer tragó saliva y suspiró al ver a su amante ponerse de rodillas y avanzar hacia ella mordiéndose el labio y pasándose la lengua ligeramente por ellos. Cuando llegó hasta ella, Natalia aun de rodillas, pasó su lengua desde la rodilla hasta casi el arnés que llevaba Rosa.

- Joder nena - dijo ésta.
- Cállate - murmuró Natalia subiendo poco a poco hasta encontrarse de cara con los pezones de Rosa duros y firmes esperando por ella.

La mujer pasó la lengua por uno de los pechos y Rosa se estremeció de placer. Luego fue hacia el otro y succionó el pezón, subió por el cuello hasta llegar a su boca y empezó a besarla. Rosa gemía entre beso y beso porque estaba tremendamente caliente. Natalia cogió un pequeño bote de lubricante, hechó un poco en su mano y lo puso sobre el arnés masajeándolo como si estuviera masturbándolo. Rosa gimió al notar como su pareja movía la mano sobre el falo de goma porque las correas del arnés rozaban su clítoris.
Natalia que no podía más, apartó a un lado el tanga y se sentó sobre el arnés metiéndolo hasta el fondo de su coño.

- Nena muévete. Fóllame duro - dijo Rosa moviendo las caderas y empujando hacia arriba.

Natalia gritó de placer, se agarró a la silla y cabalgó a su amante cada vez mas fuerte. El roce del arnés iba a matar a Rosa, seguramente se correría antes que su pareja pero el orgasmo sería increíble. Natalia seguía moviéndose arriba y abajo sin parar.

- Nena.... me voy a correr - gimió mientras sentía como Rosa se corría al mismo tiempo con un grito ahogado.

Natalia se levantó ligeramente para sacarse el arnés pero cogió un poco mas de lubricante, se lo puso en la mano y se lo pasó por el agujero estrecho del culo.

¿De verdad quieres que te folle el culo? - preguntó Rosa jadeando.

La mujer que no estaba atada asintió, se puso de espaldas a la otra y se metió el arnés poco a poco en el culo; chilló de gusto y se movió hacia arriba y luego hacia abajo penetrándose cada vez más. Rosa empezó a moverse también ayudando con sus caderas, empujando cada vez más fuerte y rozando su botón contra la pared del arnés. Natalia gritaba de gusto y placer cada vez que se empalaba en aquello.

- Nena tócate. Yo ya no puedo más - dijo Rosa.

Natalia obedeció y empezó a acariciarse el clítoris mientras follaba su culo. El placer fue inmenso y antes de poder decir nada llegó al clímax dando un grito. Cuando Rosa oyó como se corría su amante, se corrió escandalosamente quedando agotada. Después de aquello, quedó claro que les gustaba jugar y mucho.
Escrito por Nika

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