Relato "Un café y un polvo" Parte 8 (Capítulo 26)

jueves, 31 de marzo de 2016
Ir a:     Inicio          Capítulo 25       "Un café y un polvo"


<------------------------->
PARTE 9. LA DIFICULTAD DE COMPRENDER.
CAPÍTULO 26. COMO EN LOS VIEJOS TIEMPOS.

"-Venga princesa, cálmate. todo saldrá bien, confía en mí.
-¿Confiar? Yo ya no sé lo que es eso.
-Déjate llevar. Como en los viejos tiempos"

LUCÍA
-Venga, arriba chicas. Hay que ir al cole.- abrí las cortinas y miré hacia la cama de Almu.
-No quero- dijo la pequeña dándose la vuelta en la cama y tapándose la cabeza con la sábana.
-Almu, hay que ir. Silvia, tú también.- dije mirando hacia la otra cama que había en la habitación.- Vuelvo en cinco minutos, Almu, más vale que te levantes.- Silvia se levantó de la cama y se frotó los ojitos con las manos, sonriéndome. Tenía seis años recién cumplidos y se había adaptado rápidamente a Almu. Era una niña muy agradable y de un carácter paciente que encajaba perfectamente con el carácter impulsivo y alocado de Almu que yo no quería controlar. Tenía el pelo rubio y liso por los hombros, los ojos azules y grandes y la naricilla llena de pecas. Era mi prima. La hija de mi tía Hannah, la hermana mayor de mi madre, sin embargo, nunca antes la había conocido. Cuando mi madre se casó, Hannah había hecho todo lo posible para evitarlo, ya que siempre se había comportado como una madre para mi tío Luis, el mediano, y mi madre, la pequeña de los tres. Sin embargo, mi madre no hizo caso y se pelearon. Un año más tarde de que se casara, Hannah fue a visitarla, mi madre tenía un moratón en la mejilla y una tripa de siete meses. Se miraron fijamente a los ojos y después de que mi madre negara irse con ella, se fue y no se volvió a saber de ella.

Nunca había sabido que tenía una tía, una tía que podía haberme cruzado por la calle… hasta el día que huí del motel y aparecí en la habitación del hospital con Almu. Tras contarles lo que pensaba y lo de las malditas rosas, mi tío Luis se había girado a mi madre y solo había dicho “Hannah”. A la mañana siguiente ya estaba en su casa, ya tenía un uniforme, un nuevo colegio y una nueva forma de vida, en la que tenía que comportarme como la típica adolescente que yo no era. Hannah tenía dos hijas, Rebeca y Silvia. Rebeca nos había visto como unas intrusas desde el primer momento, tenía diecisiete años y sabía que no me aceptaba.
No conseguía acostumbrarme a esta nueva forma de vida, Hannah había sufrido tres abortos, y siempre se había comportado como la madre incluso de sus hermanos, ya que mi abuela murió cuando ella tenía 23 años, así que era tremendamente protectora, y con Almu me parecía bien, pero yo… yo era como ella. No estaba acostumbrada a dejar que fuera otra persona la que llevara las riendas, incluso Almu me miraba para pedir mi aprobación cada vez que Hannah decía algo. Miré el reloj, debía darme prisa y bajar a desayunar.

-¡Almu!- grité desde mi cuarto.


MARTINA
Había pasado la tarde estudiando, tendría exámenes pronto y apenas había recobrado mi ritmo normal. El agua caía por mi cuerpo, desde que mi madre había conseguido quitarme el dinero que me daba mi padre había tenido que buscarme un trabajo para poder pagar los gastos fuera del piso y la universidad, de los que él se encargaba, fuera del ojo de águila de mi madre. Los primeros trabajos habían sido un desastre, porque mi madre se las había arreglado para que lo perdiera, pero en este no iba del todo mal, trabajaba de camarera en un bar de ambiente, me sentía cómoda allí y además mi madre no había estropeado aún aquello. Iba por las noches, así que no me suponía gran parte del tiempo de estudio. Me gustaba meterme en la ducha con tiempo, porque últimamente adoraba estar bajo el agua caliente. Cerré el grifo y salí de la ducha, envolviendo mi pelo en una toalla.
En el cuarto cogí el móvil y me senté en la cama,  aún en toalla. Lo encendí, se me había olvidado que lo había apagado. Las llamadas perdidas de mi madre me habían llenado el móvil, y en whatsApp no había parado de escribir mensajes.

   Martina: Mamá por dios, ¿quieres decirme de una vez qué quieres?
   Aamamá: Cógeme el móvil de una vez Martina. Te lo digo en serio.
   Martina: Llama

Era realmente pesada cuando quería, y no me apetecía seguir discutiendo. Enseguida me entró su llamada en el móvil.

-Dime.
-Martina que sea la última vez que me haces esto, ¿lo entiendes?
-No empecemos, que te cuelgo. ¿Qué quieres?
-Ni se te ocurra colgarme. Mateo está en el hospital por tu culpa. ¿En qué estabas pensando cuando mandaste a esos matones a darle esa tremenda paliza? Tú estás mal de la cabeza, Martina.
-¿Cómo? Pero ¿de qué mierdas hablas?
- Sí, claro- oí su risa sarcástica tras el auricular-. Ahora me vienes con esas. La mosquita muerta no sabe nada de la paliza.

Mi sorpresa e incredulidad eran tan grandes que ni siquiera había paso para el enfado dentro de mí.

-No sé a qué te refieres, ¿Qué paliza?
-Martina hazme el favor de no tomarme por una estúpida. Mientras le apaleaban no paraban de gritarle que era para que aprendiera a no violar a más chicas y que así se le iban a quitar las ganas.
Sonreí inconscientemente.
-Quizá una de las chicas a las que ya tocó antes quería venganza.- dije sardónica.
- Mira Martina, no juegues más conmigo. Estás pasando el límite de mi paciencia.
-Un minuto, ¿cuándo le han pegado? - mi cabeza empezaba a atar cabos.
-Lo sabes perfectamente, no me vengas con milongas.
-Mamá, cállate y dímelo joder, es importante.
-Su madre me llamó ayer a medianoche. Esta mañana ya pude verlo y hablar con él. Tiene la cara que ni se le reconoce. Te has pasado Martina, te has pasado tres pueblos.
-Yo no he sido. Pero ¿sabes qué? Que se joda.

Colgué el teléfono, ¡Joder! Le había dejado claro a Alba que no se metiese, me había complicado aún más las cosas. ¿Denunciaría? Estaba claro que pruebas había… menuda mierda. Miré la hora, ¡Y encima llegaría tarde al trabajo! Me vestí rápidamente y me despedí de Ana que últimamente era la única que estaba en casa. Mientras conducía pensé que tenía que hablar con Alba, la iba a matar.


ALBA
Hacía semanas que no hablaba con Carmen, ella que fue siempre mi mejor amiga, mi confidente, mi amante. Estaba bastante ajetreada con la gilipollas de Gabi, nunca me había caído bien, aunque al decir verdad nunca la vi tratarla mal, no como yo. Pensé muchas veces el porqué de ese odio a la tipa esa, no quise nunca achacarlo a celos, pero Carmen era mi Carmen. El día que me enteré de lo de Martina me puse como loca y llamé a Doris para encargarle que le dieran una buena paliza al hijo de puta que le había jodido la vida a Martina. Ella conocía a mucha gente de buena y mala calaña. Sabía que haría un trabajo fino y no involucraría a nadie. Inmediatamente volvió a aparecerme Martina y quise volver a su casa para estar con ella, pero al parecer estaría en mejores brazos. La adrenalina se me subió por las nubes solo de recordar ese abrazo. Tenía que desahogar toda esta rabia que tenía dentro, pero estaba vez lo quería hacer sin perder la consciencia, enterándome de todo, nada de drogas, nada de alcohol, nada de hacerme daño. Carmen, Carmen era mi salvavidas, siempre lo había sido en esos momentos de desesperación. Ella siempre había estado ahí desde que la conocía.
No me defraudó, no tardó ni un cuarto de hora en aparecer por mi casa y estar a mi lado mientras se lo contaba todo. No podía creer lo que sus oídos estaban escuchando y noté como sus manos que me apretaban las mías se le enfríaban con cada adelanto de la historia que le contaba. Por lo visto, Gabi y Martina se habían distanciado; Gabi tuvo problemas familiares que le obligó a volver a casa de sus padres, ya iba para 2 meses, de ahí que no supiera nada de todo lo sucedido.
Carmen no se separó de mi en estos días, la vi más cariñosa, más atenta a mí, no me dejaba ni a sol ni a sombra. Era verdaderamente una amiga.
No le oculté nada, por lo que el encargo de la paliza a Mateo también se lo conté aunque con miedo a que no me entendiera pero no fue así; me apoyó, estuvo conmigo en la decisión que tomé. Tanto fue así, que lo habló con las chicas y Asun lo organizó todo para celebrar el “buen trabajito” que le hicieron a Mateo en un nuevo bar de ambiente donde últimamente iban. Estábamos todas como antaño. Me alegré por ello, ¡hacía tanto tiempo que no nos reuníamos de esa manera, todas juntas y sin pareja! Estaba de subidón.

- ¡Asun, tía! ¿Nos vamos a poner en la zona VIP? Joe, que nivelazo tenemos últimamente- dije no dejando de mirar todo el local. Estaba repleto de chicas, la verdad que había muy buen ambiente y buena música.
-Es lo que tiene liarte de vez en cuando con la relaciones públicas del local- me sonrió.
- Alucino contigo.
-Sí, y yo. - dijo María mirando fijamente a Asun y levantando una ceja.
-Y con el local. Está de puta madre- me gustaba realmente el sitio.

Carmen me cogió de la mano y me llevó al sillón que tenía forma de L, mientras que María y Asun se quedaron a la entrada de la zona VIP hablando entre ellas.

-Alba cielo, pensaba que te habías olvidado de nosotras.- la voz suave de Lola me hizo girarme.  Enseguida detecté su blanca sonrisa a unos metros de mí. - ¿Qué tal estás?
-¡Genial!- me levanté nada más verla y me acerqué para darle dos besos, o eso esperaba porque ella buscó mi boca y rozó mis labios.
-Me alegro. - sonrió.- Me gusta el sitio ¡Carmen, bonita! - se acercó y volvió a rozar sus labios con los de Carmen. - ¡Qué alegría veros!
-Lola, ¿qué tal estás?- dijo Carmen con cara de pocos amigos, sabía que con ella le puse los cuernos unas cuantas veces. En realidad, ¡qué coño!, no estuve nunca saliendo con Carmen.
-Mejor que tú con esa cara de perro. - bebió de la copa que llevaba en la mano y se lamió los labios. -Vas a tener que follartela nena. -Nos guiñó un ojo.- Os dejo, voy a ver a María.
Se alejó, Lola era impresionante. Sabía encender cualquier ambiente.

María y Asun seguían discutiendo a la entrada del reservado cuando Lola se acercó a ellas.

- No va a pasar nada María, no seas tan maniática joder- le recriminaba Asun.
-No soy maniática, pero paso de jugar con los sentimientos de la gente. Alucino contigo joder.
- Cálmate tía. Si de todas formas se va a enterar tarde o temprano. Además, si venimos aquí a celebrar que le hemos hecho un favor. No te quejes y entra al reservado que yo iré a pedir a la barra.
-¡Vete a la mierda!
- Sé que me quieres- Asun le lanzó un beso al aire mientras María hacía una mueca y le sacaba el dedo.
- Me encanta ver como os queréis tanto - sonrió Lola- Creo que esta noche me voy a divertir de lo lindo con todas vosotras.

Carmen había sacado un poco de coca para prepararnos unas rayitas. Se había puesto de espaldas a la entrada del reservado y me sonreía mientras las preparaba en su espejo de maquillaje.

- Como los viejos tiempos, ¿eh? - me guiñó un ojo.
- Carmen, sabes que estoy intentado dejar toda esta mierda- el corazón se me aceleró y las ganas de meterme una raya eran incontrolables.
- Venga anda. Sabes perfectamente que todas controlamos. Lo podemos dejar cuando queramos. Toma y métete una- me dejó un billete de 10 euros y sin pensarlo, mis manos ya estaba enrollándolo para aspirar el polvito mágico. Aspiré de un tirón, sin pensármelo, profundamente y pasé el dedo por donde quedaba motitas de coca para restregarmelo por la encía.
- Es buena- le sonreí- Ya tengo la boca adormilada.
-Deja esas mierdas ya. - Lola me quitó el billete y se lo dio a Carmen.- Hoy no.
- Lola yo controlo, no me jodas- la sensación que hacía tiempo que no sentía por los efectos de la coca, me hacía recordar lo bien que se podía una sentir.
-Eso es lo que dice alguien que no controla, princesa
- Pasa de ella Alba. Haz lo que te salga del coño- replicó Carmen después de meterse la suya.
-Escucha Carmen, como la jodas yo misma te partiré la cara ¿entendido?
- Haya paz- les sonreí- Aquí hemos venido a celebrar que hemos quitado de las calles a un hijo de puta al menos durante varias semanas.
- Así se habla morena- se me acercó Carmen y me besó con tanto ímpetu que quedé sin aliento.
-De puta madre. - dijo María mientras  miraba detrás de mí.- Ya se ha jodido.- Me giré, Martina sostenía una bandeja llena de bebidas en las manos. Vi como respiraba lentamente.
<------------------------->

Ir a:     Inicio          Capítulo 25        "Un café y un polvo"          Capítulo 27

Buzzys
Arwenundomiel

The Melon Lesbian Party "Feria de abril" (Barcelona)

miércoles, 30 de marzo de 2016


Fecha: 2 de abril 2016
Lugar: Sala Instinto
             C/ Méjico 7 (Barcelona)
Hora: de 00.00h a 06.00h

Precio: desde 10 €
Web: https://www.facebook.com/events/1200679799961845/

A bailar a bailar a bailar sevillanaaaas!!!
Vuelve la melon "feria de abril" una temática muuuy flamencaaa,alegree y divertidaaa!!!

De pronto te verás envuelta en una caseta andaluza, decorada con farolillos y abanicos de colores... dónde el personal irá con los bonitos trajes andaluces, al estilo sevillana, cordobesa... iDónde poder disfrutar de un auténtico baile flamenco de la gran "sarita dancing".

Imagínate una mujer zancuda vestida de sevillana con su vestido a topos abanicándose por la sala, ole ole ole, alegríaaa para todaaas que llegamos tocando las palmas y con más energía que nuncaaa!!
  
Las camereras más simpáticas de la noche de bcn-"ratita's melon"

- Cuándo: el sábado 2 de abril


- Hora: de 00h a 6h de la mañana

- Dónde: sala instinto c/ Méjico n7- al ladito del metro plaza España - Barcelona


Espectáculos:
- A las 2.30 desfile del equipo melon party con sus trajes de faranduleo.
- A las 2:40h el baile andaluz más estiloso que habréis visto jamás con "sarita dancing"

Música:
- De 00h a 2:30h: +dj coco:
Música para todos los gustos, la mejor pachanga del momento, pop, bachatas y lo que tú le pidaaas te lo pincha!!

- De 3h a 6h: +dj noe gy:
La mejor música electrónica del momento y los remembers mas fresquitos.

- Multibingo con sorteos de 3 premios impresionanteees: (en breve publicamos los premios)


Precio:
- Sin lista: durante toda la noche 12€ con copa
- Apuntándose en lista y entrando antes de las 2h:
10€ con 1 copa
15€ con 2 copas

Para las que quieran seguir la fiesta:
After melon (dirección el día de la fiesta)

Relato erótico: Es momento de empezar

martes, 29 de marzo de 2016
En mi instituto hay una chica muy guapa, con una sonrisa brillante y preciosa. Esta chica tiene el don de hacerme sonreír sin ni siquiera hablarme, más que nada, porque yo sé todo de ella, pero ella no sabe nada de mí.
Me cruzo con ella en el patio del instituto y en los pasillos, y nos cruzamos miradas, pero no sé porque me mira, si porque también yo le gusto o porque sabe que no puedo pasar por su lado sin mirarla.

Pero seamos realistas, soy una chica no muy llamativa y ella es una chica que... ¡dios, que chica! Me gustaría poder decir que sé que es lesbiana también, pero en realidad no lo sé. Solo sé que nunca ha tenido una pareja, al menos nadie que yo conozca de su entorno sabe nada. Pero es que no puedo creer que ella, una chica de pelo castaño larguísimo, con unos ojos verdes hipnotizadores, esos labios espectaculares que acompañan esa sonrisa, delgadita, pero sin parecer un palo, y así a ojo ¡una noventa y cinco de pecho! Claro que eso es por lo que he visto en su instagram, fotos en bikini y tal, no iba a ir sin atreverme si quiera a decirle “hola", le voy a decir “Ey ¿tú que talla de sujetador usas?” ¡ni loca! Pues eso, que no me puedo creer que no haya estado con nadie.

Que me digan que yo no he tenido pareja pues mira, pero es que hasta yo he tenido una pareja... y eso que soy “monilla”,  ojos verdes, pelo corto con mechas y ni gorda, ni flaca, más bien flaca diría yo, mis amigos dicen que estoy bien y mi abuela que cuando me abraza parece que abraza un esqueleto. En definitiva, que si yo, una chica monilla, de una ochenta y cinco he tenido pareja, como no va a haberla tenido ella, es algo incoherente, creo que tiene tanto a chicos como a chicas tras ella, tiene donde elegir, está claro.

Bueno, seamos realistas, esa chica está esperando a alguien que seguro me da mil vueltas y yo tengo que centrarme en mi examen de hoy, me juego el trimestre y seguro que nos toca compartir el aula multiusos con otra clase para variar y que estarán la mitad haciendo el tonto porque serán los de primerillo.

Vale, no, no es una clase de primerillo...es su clase, no podía ser otra, tiene que ser con su clase aunque no la veo, y yo teniéndome que centrar en un examen al cual llego tarde y no sé donde me tendré que sentar.
Al fondo, las dos únicas mesas que quedan vacías, supongo que una de ellas lleva escrita mi nombre, y allí me voy a sentarme, e intentar sacar este examen adelante y dejar de mirar a ver si la veo.
Me reparten mi examen escribo mi nombre y de repente alguien esta sentándose a mi lado mientras yo intentaba resolver la primera pregunta, sigo a lo mío, pero de repente me hablan y acabo distrayéndome.

- ¿A qué día estamos?-. Era ella, esa diosa de ojos verdes y sonrisa perfecta. Tardé unos segundo en reaccionar pero al final lo pude hacer.
- Estamos a 13 de noviembre-. Acabé por decirle mientras rogaban silencio en el aula.

Intenté centrarme de nuevo en mi examen pero de vez en cuando no podía evitar mirarla en el silencio del aula. Acabé mi examen, no podía salir del aula y no sabía qué hacer para distraerme y no parecer una acosadora mirándola, pero es que hasta su olor era perfecto, era como un olor a vainilla. Ella acabó también su examen y seguíamos sin poder salir fuera y bueno, al final me alegro de que las cosas fueran así.

- Por cierto, gracias por decirme la fecha.
- De nada, no fue nada – Le sonreí y me correspondió la sonrisa.
- Por cierto me llamo Lola, bueno Dolores pero prefiero Lola.- ¡Dios! No me lo puedo creer, no solo me estaba hablando, si no que se estaba presentado, como si yo no me supiera su nombre.
Yo...yo me llamo Patricia pero me dicen Patry.
- Encantada. ¿Y que tal tu examen?

Durante la media hora restante de clase estuvimos hablando y ahora, aún entiendo menos como no ha tenido pareja, porque es súper agradable hablar con ella y lo mejor de todo lo que hablamos fue que me dijera que le apetecería seguir hablando conmigo, aunque no sé si ha sido por quedar bien la verdad, pero bueno, ya es el momento de ir a casa y mañana será otro día, al menos pude hablar con ella.

-  ¡¡Ring…..riiiingg….RIIIIING!!
- Que sí, que sí, que ya te he oído, cállate.

Suena el despertador y me despierta de mala gana, estoy cansada, quiero seguir durmiendo. Son las 5 de la mañana, pero tengo examen de nuevo y tengo que repasar, así que saldré de la cama y cogeré el libro para empezar a estudiar, ¿o debería de arreglarme antes por si me duermo? Bueno, mejor me doy una ducha y me visto así me espabilo un poco y después estudio hasta la hora de irme a clase.

Cojo la ropa y entro al baño donde me preparo la toalla y me quito la ropa para meterme en la ducha, aunque en realidad preferiría que me la quitasen…
El agua sale templada, cae en mi cara y se va deslizando por cada centímetro de mi piel, recorriéndola como si recorriera el caudal de un río, teletrasportándome y haciéndome sentir que floto en un río, me relaja y me hace sentir en paz. Cojo el jabón volviendo en sí y me enjabono; me lavó el pelo, me aclaro y salgo liada con la toalla en el cuerpo. No sé que me lleva a ello, pero la imagino a mi lado, acariciando mi cintura y besando mi cuello, me hace estremecerme solo con pensarla pero… Me echo agua fría en la cara, necesito centrarme, tengo que estudiar, tengo un examen importante. Me visto, me peino y me vuelvo a mi dormitorio a estudiar.

Pfffff, ya es hora de ir a clase y no estoy muy convencida de que vaya a aprobar este examen; además, ocupará las tres primeras horas de clase. Mejor dejo de pensar, meto prisa a mi prima que seguro que no estará lista o volveré a llegar tarde.

Estoy ya en la puerta del aula multiusos donde pasaré tres horas. Al parecer hoy no compartiremos clase, al menos la primera hora, porque solo nos encontramos mis compañeros y yo en la puerta con unos nervios increíbles y el profesor llega tarde.
Hoy creo que volveré a ocupar el asiento de ayer, no porque no haya sitios, si no porque me trajo suerte, pude hablar con ella por fin, aunque solo fuera media hora.

- Alumnos, espero que ya estén todos. Una vez entremos, no quiero sentirles hablar, les repartiré el examen y si alguien no ha llegado aún no podrá pasar hasta la siguiente hora, para que luego no digan que no les informo. Colóquense dejando un espacio de una silla entre ustedes, por si asistiera alguna otra clase. No olviden que tienen prohibido usar el móvil, si veo alguno encendido o apagado será requisado, si veo a alguien intentando copiar o copiando, será suspendido de inmediato e irá a septiembre y me aseguraré de que no apruebe mi asignatura este año. Dicho esto, pueden ir pasando.

Sí, tenemos un profesor algo serio y estricto pero es buen profesor, aprendo mucho de su asignatura la verdad.
Última fila, asiento que pega a la pared y en el lado izquierdo del profesor, ese es mi asiento, aquí pasaré tres horas enfrentándome a mi examen.

- Comprueben que todos tienen 6 folios, tres impresos a doble cara y tres limpios con el sello del centro. Las respuestas la quiero en el folio del centro, no leeré los impresos, es más, se los quedarán ustedes, yo ya tengo mis enunciados. Os desearía suerte, pero si habéis asistido a mis clases y atendido no la necesitáis.
- Profesor, yo solo tengo dos folios impresos, me falta uno.
- Ahora mismo solucionamos eso, pensaba que me ibas a decir que no me atendías en clase y me iba a llevar una desilusión, señorita Patricia.

Ahora sí, mis tres impresos con 25 enunciados, en tres horas, me sobran tiempo. Ahora solo necesito silencio y centrarme en el examen.
Ya ha pasado una hora y llevo 13 ejercicios hechos, a este ritmo me sobrará una hora, pero tendremos una pausa. Viene un profesor a preguntar si pueden compartir con nosotros aula las dos siguientes horas y le ha dicho que sí, así que volveremos a compartir aula y habrá murmullo, así que esperaré a que se sienten y se calmen para seguir. Es increíble, la tercera alumna que hay en la cola es Lola, seguro que hoy se sienta en otro sitio, no tiene que buscar sitio libre, ni sentarse a mi lado. Hoy está tan guapa; creo que desde que vi que estaba ahí, no he dejado de mirarla. Hoy lleva esos pantalones apretados que le marcan un culito increíble y le dan una forma preciosa, una camiseta algo ancha y con escote lateral, normal. No tiene, ni creo que tenga, ningún problema por mostrar su cuerpo, si es que es perfecta.  Intento dejar de mirarla y miro mi examen, siento que empiezan a entrar en clase y siento como la silla de mi lado se mueve, viendo solo esos pantalones rojos, ajustados y sé que es ella la que se sienta a mi lado, pero ¿por qué? No puedo evitar mirar para asegurarme que es ella y me dedica una sonrisa y me dice:

- Hoy me traigo aprendida la fecha, aunque espero que me de tiempo de hablar contigo-. Creo que en ese momento me puse roja por completo.
- Será un placer hablar contigo.

Volvió el silencio y volví a mi examen. Me quedaban 12 ejercicios para casi dos horas y todo el tiempo que me sobrara podría hablar con ella si ella acabara con tiempo también. Estaba bordando el examen, creo que prácticamente estaba perfecto lo que había hecho; además, salí de dudas cuando don Ramón me quitó el folio que tenía ya completo de los ejercicios y me lo revisó.

- Muy bien señorita Patricia no esperaba menos de usted. Me está sorprendiendo; prácticamente este folio esta perfecto.

Al decirme eso, mi compañera porculera saltó diciendo que me estaba copiando, siendo mentira. Mi suerte es que don Ramón sabía que no era así, al parecer había estado observando mi comportamiento durante el examen y Lola me observaba en esos momentos y yo me estaba poniendo muy nerviosa. Ella me miró de nuevo y me regaló una de sus sonrisas como queriendo tranquilizarme. En esos momentos parece que nos conociéramos de siempre, ella volvió a mirar su examen y yo volví al mío. Tocó el fin de clase de 2 hora y a mí solo me quedaban 2 ejercicios para acabar mi examen; al terminarlo no me dejarían salir, pero al menos podría volver a hablar con ella y eso era algo que me agradaba. Acabé mi examen y me quedé sentada apoyando mi espalda en la pared, mirando hacia a ella. Tenía una letra preciosa, creo que todo en ella era perfecto, hasta sus exámenes. Tenía todo meticulosamente ordenado, cada cosa de su color. Acabó su examen y fue a entregarlo y nada más volver me habló.

- ¿Qué tal tu examen? De 10 por lo que dijo tu profesor ¿no?
- Bueno eso dice él, yo creo que no paso del 7.
- Y yo creo que me gusta una empollona que sacará un 10-. ¡¡Esperaaa!! A dicho, ¿me gusta? ¿le gusto?
- A saber quién te gusta. ¿Y tu examen que tal?
- Ese comentario no tenía que haberlo dicho, pero ya hecho porqué negarlo. Creo que llevo desde el año pasado cruzándome miradas contigo, sonriéndonos en los pasillos, incluso hemos coincidido en fiestas y nunca tuve valor de hablarte. Pero ayer lo hice y pude ver que me gustas más de lo que pensaba-.

Vale, estoy roja, roja como un tomate y no sé donde meterme. Le gusto y más claro no me lo ha podido decir, mi sonrisa demostraba que me encantaba. Bueno, ahora debería de decirle que también me gusta, ¿o ya lo sabrá?

- Yo te hacía con mejor gusto, la verdad- le dije entre sonrisas-. Pero me alegro de ser yo.

Después se hizo el silencio y no sabía qué hacer, así que le hablé del examen y de lo que tenía pensado hacer en un futuro. Ella me comentó que su examen le había salido muy bien pero que no había pensado que hacer en un futuro, que a ella lo que le gusta es la fotografía y pintar, pero sus padres quieren que sea médica o doctora o algo del estilo y también intercambiamos nuestro número de teléfono. Tocó el timbre que anunciaba el fin de clase y el inicio del recreo.

- Te veo luego- me beso en la mejilla, cogió sus cosas y salió; y remarco ¡me besó la mejilla!
- Has… hasta luego.

Salí al recreo con mis amigos como siempre, y ella estaba con sus amigas, cada una en una punta del patio, pero no podíamos evitar cruzarnos alguna que otra mirada. Fui con mis amigas a dar una vuelta por el instituto por el mero hecho de andar un poco, parecía que habíamos  pensado igual. En mitad del camino nos cruzamos cada una en un sentido pero haciendo lo mismo, nos sonreímos y volvimos a cruzarnos miradas, cada vez me provocaba más tensión mirarla, creo que la deseo ya demasiado.
Acaba el recreo y como no es raro, soy la última en acudir a mi edificio. Entro y se abre la puerta del aula de ciencias; hoy no tocaba esa asignatura y no debería haber nadie allí. Era Lola, salió del aula sin cerrar la puerta, miró a ambos lados y viendo que no había nadie tiró de mí hacia dentro del aula y cerró la puerta.
-  ¿Ahora no tienes examen verdad?
No, no tengo examen pero si nos pi…- no me dio tiempo a decir nada más, sus labios besaron los míos  y yo no supe más que dejarme llevar.
- Procuremos no hacer ruido y que no nos pillen.

Me sonrió y me volvió a besar y esta vez me permití el lujo de juguetear con mi lengua, pero ella me hizo estremecerme al sentir como sus manos tocaban mi abdomen por debajo de mi camiseta, sus dedos estaban calientes. La sensación de estar allí dentro con ella, haciendo algo prohibido, me excitó y mucho. Me apetecía desnudarla y poner mis manos sobre su piel desnuda. Me dejé llevar y quería besarle su cuello y lo hice; y empecé a subirle la camiseta y noté como ella acariciaba mi cuerpo. Menos mal que echamos el pestillo del aula porque oímos unas llaves en la cerradura; nos miramos y solo se nos ocurrió meternos en un armario del aula y esperar que no nos pillaran, era una situación que nunca pensaba vivir en el instituto. Era un profesor a quien sentimos coger unas probetas y poco más; después salió pero no cerró el pestillo, supusimos que volvería así que decidimos salir de allí y saltarnos las clases.

Estoy mucho más tranquila, me ha encantado que me bese de esa manera. He sentido algo diferente a otras ocasiones, hasta el momento nunca había experimentado tanto deseo por una persona.
Me lleva de su mano corriendo por el instituto, intentando que nadie nos vea, para saltar por las vallas de atrás que están rotas. No sé donde me lleva ni que haremos por ahí, pero estoy deseando salir corriendo de su mano y hacer cualquier cosa con ella.
Ya estamos fuera del instituto, y vamos andando sin saber a dónde, simplemente andamos y hablamos.

- ¿Te has saltado alguna vez las clases?- me dice mirándome con esos ojos verdes que me cautivan y esa sonrisa llena de vida.
- ¿Cuenta irse en el recreo el día de puertas abiertas?- me atrevo a decirle aunque supongo que ahora pensará que soy una niña de mamá. Se ríe.
- No, no cuenta. Más que nada porque no se dan clase ese día.
- Bueno, pues entonces no.
- Soy una mala influencia para ti. No debería llevarte conmigo.
Bueno, estoy dispuesta a correr el riesgo- dije mientras en mi cabeza suena un “si es por ti, correré el riesgo que haga falta”.
- No sé qué pensar de eso.

Sonríe y me agarra de la mano tirándome hacia ella y dándome un beso en el cuello, beso que me hace estremecer y me deja con ganas de probar sus labios de nuevo. No puedo evitarlo, la detengo, le agarro la cara y la beso, no podía seguir con esas ganas de besarla. Ella agarra mi cintura, pegando mi cuerpo con el suyo, acariciando mi cintura, nos miramos y pude contemplar mi reflejo en sus ojos. Os juro que es lo más hermoso que he visto en mi vida, creo que es un sueño hecho realidad.

No sé cómo he llegado aquí pero está claro que ha sido ella quien me ha hecho llegar a este lugar. Estábamos en su “casilla” (lugar donde iba los fines de semana con sus amigos para escuchar música, beber y otros vicios), me perdí en su cuello sin ni siquiera darme cuenta y ella consiguió llevarme donde quería. Fuimos por toda la "casilla", de pared en pared hasta que llegamos a la única habitación donde había una cama, me tiró sobre ella y usó mi cuello como le vino en gana mientras deslizaba las manos bajo mi camiseta levantándola lentamente. Pronto sus dedos se encontraban sobre mi vientre, me quitó la camiseta y la tiró por los aires. Sus labios empezaron  a jugar con mis pezones, mis manos empezaron a desnudarla. Me tocaba ligeramente, deslizándose hacia abajo, acariciando mi entrepierna. Ella me agitaba, me hacia estremecer. Me besaba mientras sus dedos seguían un recorrido hasta mis senos, los bordeó mientras yo seguía embelesada mirándole sus pechos y sus claros pezones, observando como se endurecían. Besó generosamente mis labios.

Con la punta de la lengua bordeé sus pezones mientras jugueteaba con ellos con mis dedos. Ella se agitaba y buscaba mis manos, se abría y suspiraba, mis dedos se encontraban con su humedad, sentí su clítoris como palpitaba y se lo palpé con cuidado. Volvió a estremecerse y gimió, la besé mientras mis dedos la complacían. Sus caderas comenzaron a moverse buscando más intensidad a mis caricias. Comencé a introducir un dedo dentro de ella. Mientras lo hacía la contemplé sin apartar mi mirada de la suya, estábamos excitadas y eso se notaba en el ambiente.
Empujó sus caderas hacia mí envolviéndome por completo. Le sonreí pícara y me devolvió la sonrisa mirándome con esos preciosos ojos verdes. Poco a poco fui descendiendo, llenándola de besos, hasta llegar al lugar que estaba esperando.
Su cuerpo se puso tenso mientras mi lengua jugaba con su clítoris, terminé probando su sabor y pude sentir como se estremecía. Aproveché para introducir mi lengua dentro de ella, la moví lo mejor que pude intentando complacerla y sentía como se tensaba su cuerpo.
Pude contemplar como sus manos agarraban fuertemente el colchón viéndome tentada a penetrarla con mis dedos pero esta vez no introduje uno sino dos, con movimientos circulares, rápido y lento, separando mis dedos dentro de ella. Mientras lo hacía ella se incorporó un poco, sus piernas cada vez estaban más abiertas mientras ponía su mirada fija en mí dejé de mirarla para seguir ahí, donde tanto la excitaba.
Se terminó de incorporar y sus caderas comenzaron a subir y bajar, rápido, más rápido. Se sostenía echando los brazos hacia atrás. De esa manera pude contemplar como hacía que mis dedos la penetraran como ella quería y cuando ella quería. Envolvió mi cuerpo con sus brazos besándome en un profundo beso. Dio la vuelta a toda la situación, me giró sentándose sobre mí, dirigió su manos entre mis piernas y me miró con una sonrisa picara.


- Alguien está algo empapada ¿no?
No sé de qué te sorprendes, sinceramente.

Me hice con sus labios e incluso nuestros dientes se rozaron. Poco a poco me fue tumbando hasta quedar completamente sobre mí. La volteé sin darle tiempo a una reacción y volví a introducir mis dedos, ella intentaba alcanzarme e introducir los suyos en mi interior, mientras usaba la otra mano para sujetar mi nuca con la intención de que nuestro labios no se separaran.
- ¿Ya?- le pregunté entre gemidos.
- Casi -  fue capaz de responder.

Le volví a acariciar el clítoris al igual que el recorrido de los pliegues de sus labios inferiores repetidas veces. Le volví a preguntar pero no me contestó, se limitó en sacar sus dedos de mi interior, curvar su espalda y pude notar como su respiración se retuvo durante unos segundos dejando tras de sí un suspiro, rodeándome después con sus brazos y su cara escondida en mi cuello. Sentía como sus labios seguían humedeciéndose, dejando escapar unos suspiros cada vez más intensos y tras el más profundo de ellos buscó mis labios y nos fundimos en un beso apasionado. Mi vulva irritada se sintió complacida cuando empezó a rozarse con su piel sin dejar de besarnos. Me miraba con sus ojos verdes vidriosos, deslizó su mano dentro y me penetró. Yo moví mis caderas, deseosa por terminar en sus brazos por fin para que me envolviera en un abrazo mientras juntas controlásemos nuestra agitación. Mis caderas iban y venían contra su mano, apoyada en su pierna, sentí que empezaba a ceder pero me obligué apoyando los brazos a cada lado de su cabeza para sostenerme, quería que viera mi rostro de placer. No pude más, cerré los ojos y gemí utilizando mis últimas fuerzas antes de que el peso de mi cuerpo devorara sus dedos entre gemidos, y mientras acariciaba mi rostro con la mano que tenia libre, no pude más y juntando mi frente junto a la suya dejé que mi cuerpo experimentara lo que nunca antes había sentido.
Las dos estábamos agitadas, me abrazo con fuerza. Estábamos empapadas y complacidas, me dejé caer sobre su hombro sin dejar de abrazarla, me reincorporé un poco, lo justo para poder besarla, volviendo después a acurrucarme en ella quien me abrazo de nuevo.
Me quedé dormida y cuando me desperté estaba ahí, acariciándome y sonriéndome, me dio un beso en la frente.


- Hola bella durmiente- me sonrió.
Dime que no llevas todo el rato mirándome.
- ¿Por qué no debería de hacerlo con lo bonita que eres?- me puse colorada.
- ¿De verdad?
- En realidad me acabo de despertar también, pero no me habría importado quedarme mirándote, estabas más mona. Bueno, deberíamos cambiarnos y volver al instituto, es casi la hora de salir.

Nos vestimos y recogimos un poco todo lo que habíamos revuelto. Antes de salir me besó, salimos hacia el instituto y allí se despidió de mí.
En ese mismo momento me inundó una gran duda, ¿que soy para ella? ¿Soy solo un revolcón?, ¿un entretenimiento?. ¿A partir de ahora no querrá saber nada más de mí o qué sucederá? No quiero que esto acabe ahí.
Sigo con mis dudas tirada en la cama mirando al techo sin poder dormir. No quiero que todo se quede en un día y no sé si hablarle o no por Whatsapp. Tampoco quiero que crea que la quiero atar.


¡¡Ring…..riiiingg….RIIIIING!!
- Diooos, otro día más.

Salí de la cama y me arreglé, me preparé para ir a clase. Cogí mi móvil y vi que una luz parpadeaba, lo desbloqueé y era un whatsapp suyo.
                                               
- Ey morena, tenemos que hablar. Te veo en el instituto.

Y ahora es cuando la veré y me dirá que no quiere saber nada más de mí, que lo de ayer fue bonito pero que no podrá volver a ocurrir y todas esas cosas.

Estoy en la entrada del instituto esperando a mis amigos para ir juntos a clase como cada mañana, pero Lola llega antes que ellos, me coge del brazo y me aparta un poco de la gente.

Perdona que te coja así.
- ¡Eh! Hola, buenos días o algo no.
- Sí, mejor voy al algo- me besó agarrando mi cintura- No soy capaz de dejar de pensar en ti, ni quiero hacerlo. Quiero que estés conmigo, así que, es tu elección, ¿quieres ser mi novia?

Estaba totalmente roja, no era capaz de decirle nada, así que simplemente me limité a hacer lo que me apetecía hacer. La besé, la besé con todas mis ganas.


Me tomo eso como un sí- me sonrió- Anda tira para clase que vas a llegar tarde.
- Y tú no vas a llegar tarde, ¿no?. Anda tira tú también.

Al final estoy con la chica que me gusta, que me encanta, con la que pensaba que no iba a llegar a nada, pero resulta que está pasando de todo y no quiero que deje de pasar.
Ahora puedo decir que es mía y que estoy con ella, que ahora cada mirada y cada sonrisa tendrá aún más sentido porque las cosas han cambiado.
Es el momento de empezar un nuevo capítulo con una portada nueva, bonita y colorida.

Escrito por @srtadesquiciada

Semana del Orgullo LGTBI en Logroño (Fase III)

lunes, 28 de marzo de 2016

(Fase III) Mesa de Trabajo OrgulloLGTBI 2016 en Logroño. 📅 10 Abril 🕔 17:00h 🏠 Yeamman (Plaza de Oca)

Marea Arcoiris La Rioja ha creado el calendario para la semana del orgullo en Logroño y se han organizado en grupos de trabajo (manifestación, charlas, comunicación, contenido...)

En esta fase III se reunirán para ponerse al día de lo q hayan ido trabajando los grupos, también posibilitar que se hagan más propuestas de actos, repartir tareas de comunicación, y sobre todo, ir cerrando actividades para dicho evento.

Para cualquier consulta o información podéis hacerlo visitando su blog arcoirisenlarioja.