No sé si fue real o una invención de mi cabeza, pero tuve una conversación con mi amiga, la distancia... Ésta conversación:
- Pero... ¿En serio piensas que me voy a rendir?
+ Claro que te rendirás. Como muchos otros antes que tú.
- Pero yo no soy como los demás.
+ Todos decís lo mismos. Todos creéis ser fuertes pero, con la ayuda del tiempo, yo siempre gano.
- No ganas nunca.
+ Díselo a todas esas parejas rotas que fueron separadas por la distancia y perdieron.
- Se lo diré. Les diré, que si amaban de verdad, tendrían que haber luchado hasta el final y, que si no lucharon, era porque no amaban, porque si se amarán estarían plantándote cara, esperando que ese tiempo pasase para ver a su pareja y, aunque fuera desde la distancia, cuidarla hasta entonces. Y así te ganaré yo, Distancia.
+ No me ganarás. Yo podré contigo. Acabarás rindiéndote.
- No podrás conmigo. Porque la amo como no he amado en mi vida. Porque esperaré días, meses, años, si es necesario, para tenerla entre mis brazos. Y mientras espero ese momento, también lucharé por conseguirlo pronto y será entonces cuanto te diga: "NO HAY DISTANCIA QUE SEPARE DOS CORAZONES UNIDOS". Serás tú quien acabe hecha pedazos, y te demostraré que un amor verdadero puede con distancias y tiempo. Que tú sólo me has servido para demostrar que lo que siento es real. Que no necesito tocarla para hacerla feliz. Que ella con palabras es capaz de acariciar mi corazón y yo el suyo. QUE LA DISTANCIA SON SOLO NÚMEROS, y que yo puedo con esos números. Porque no necesito saber matemáticas para ponerte a cero. Porque el amor siempre tiene que vencer, y venceré cualquier obstáculo que me pongas por delante, maldita Distancia. Y tú no podrás impedírmelo. No me impedirás que la abrace, la bese, la acaricie y la proteja. No podrás, te aseguro que no.
La Distancia se fue a paso lento, sin decir nada, cabizbaja... Porque sabía que iba a perder, que tenía razón. Que como yo, muchos otros se atreverán a intentarlo y a conseguirlo.
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