Hace calor, vamos a refrescarnos

viernes, 10 de julio de 2015

                                                        
                                            
SUMERGIRSE EN EL CUERPO

<<Nos gusta descubrir lugares secretos, sumergirnos en los fondos marinos, aventurarnos en grutas. ¿Por qué no desviar esta curiosidad por lo oculto hacia el interior de nuestro cuerpo?. Descubriremos maravillas en él, y nuestra vida se hará más simple cuando hayamos comprendido su sabiduría. Una sabiduría que proviene de la simplicidad de su lenguaje. Solo conoce dos palabras: sí y no. Son respuestas instintivas e inmediatas.

El cuerpo no necesita siquiera un segundo para responder a una estimulación, mientras que el espíritu tiene necesidad de comparar de llevar a cabo estadísticas. Os sugiero que observéis las dos respuestas, la del cuerpo y la del espíritu, en cualquier circunstancia y comparéis su eficacia. Esto debería bastar para reconocer la maravillosa capacidad de vuestro cuerpo para guiaros eficazmente en la vida diaria.

En este proceso de descubrimiento tenemos que seguir un método y el primer paso es practicar la respiración. La respiración es la botella de oxígeno para la persona que se sumerge en el interior de su cuerpo. Una respiración lenta y profunda, distendiendo el vientre al inspirar, nos llevará a la relajación. Nos abrirá las puertas del cuerpo y nos permitirá navegar conscientemente. Desde el momento en que se instala la respiración, una sensación de bienestar nos hace sentir el movimiento de nuestro diafragma, el cuerpo entra en calor, el espíritu se apacigua.









Céntrate en los miembros de tu cuerpo. Es hora de elegir un miembro, una pierna, por ejemplo, y entrar en la fibra de los músculos, sentir el interior. Después podemos pasar a la otra pierna y ,luego, a la pelvis, donde se acumula una cantidad increíble de energía. A continuación seguimos, por el bajo vientre, los órganos, la base de la columna vertebral, el hueso sacro, las lumbares...








Practica de manera constante. Al principio, no sentiremos mucho, pero si perseveramos, se producirá como una eclosión de nuestra vida interior. Y cuanto más sintamos, más ganas tendremos de seguir explorando. Será necesario que realicemos un esfuerzo durante varias semanas, pero finalmente, llegará el momento de la fascinación: habremos encontrado el vínculo con nuestras emociones Empieza la gran aventura. ¡Os deseo éxito en la exploración!.








BELÉN.M

Fuente: Revista Mente Sana



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