Ella

viernes, 3 de julio de 2015
Y una vez al mes, se ven, un día que esperan con ansias y ganas.

¿Por qué?
Porque están enamoradas. Separadas por la distancia, y cada vez que se ven, cuando está llegando ese momento, empiezan los nervios, las ganas de gritar aún mas fuerte que se aman, que lo que hay entre ellas es especial, que unos km y el tiempo no les ganará, aguantarán para volverse a encontrar y volverse abrazar.

¿Por qué?
Porque no hay nada mas valioso que su sonrisa en ese momento en que nos vemos a lo lejos y caminamos la una hacia la otra; y es ahí cuando vuelven a cruzarse la más dulce mirada.

Porque cada uno de esos segundos en los que vamos acercándonos se ve el nerviosismo, las ganas de vernos, de sentirnos cerca.
Porque merece la pena esperar para poder estar a su lado. Porque no hay nada tan mágico, tan bonito, especial o perfecto que caminar y mirar que camina a tu lado, que incluso cuando se tropieza, ese tropiezo es perfecto, porque no necesito nada más que tenerla cerca para ver que existe un futuro mejor, lleno de cosas buenas, buenas como todos los sentimientos que me hace sentir y no sé explicar. Como esas mariposas, ¿¡qué mariposas!?, un zoológico entero que está en mi estómago y que se revoluciona cuando la veo. O como esa sobreprotección que me sale a veces, que incluso pienso envolverla en plástico de burbujas. Sí, sí, el de los embalajes para proteger las cosas frágiles, para protegerla a ella, que no es frágil. Descubrí que es demasiado fuerte, tanto que ni ella misma lo sabe, pero aun así, quiero protegerla de cualquier cosa que le pueda pasar.
Vale, seamos realistas, quiero protegerme a mí porque si a ella le pasa algo, a mí me duele, me hiere. Porque no fui capaz de proteger mi vida; sí, mi vida, y puede que parezca demasiado brusco porque son tan solo unos meses los que llevamos juntas, pero cuando éramos amigas nos enamorabamos despacio. Cuando dimos el paso, diosss, después todo fue mas rápido pero es todo tan sencillo y fácil a su lado... no cambiaría nunca, nada de lo que estoy viviendo con ella, ni siquiera los celos, porque hasta en esos momentos piensa en mí y me demuestra que no tengo que tenerlos y sé que puedo confiar en ella como en nadie más.
Escrito por @srtadesquiciada

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