No hay noche en la que no desee sentir tus manos, tus caricias, tus besos en mis orejas. Un día me dijiste que seríamos infinitas, y lo fuimos, lo fui contigo. Mi cuerpo no quiere a otro que no sea el tuyo, no quiere otra forma de hacer el amor que no sea la tuya. No sé que ha hecho este amor conmigo, pero estoy completamente y locamente enamorada de ti, de todo lo que tenga que ver contigo; tus ojos, tan penetrantes, que desarman todo lo que soy; tus labios, que me muero por besar cada vez que los veo; tu cuerpo, que me llama a gritos cuando llega la noche.
Dime, dime cuando volveremos a encontrarnos, cuando tendremos ese encuentro que anhelamos en silencio. Estoy aquí, esperando, como te he esperado toda mi vida. La soledad solo fue una mala broma, la tormenta antes de tu llegada. Abriste tantas puertas y derribaste tantas barreras, que ahora no sé que hacer con todos estos pedazos rotos.
Quiero volver a ser la niña que te hacía reír con sus tonteras, la que te provocaba esa agitación en tu respiración, la que te acariciaba la frente para que pudieras dormir lejos de las pesadillas. Amaba verte dormir; te veías tan serena, tan tranquila... hubiera podido observarte toda la vida.
Sólo dime que me amas como yo lo hago y me quedaré, dime si aún sueñas con el futuro que imaginábamos tomadas de la mano, sólo dilo...
Escrito por @bollidemanteca
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