<<La mujer es como una fruta que sólo exhala su fragancia cuando la frotan con la mano. Toma, por ejemplo, la albahaca: a menos que la calientes con los dedos no emite su perfume. ¿Y sabes, por ejemplo, que a menos que el ámbar sea entibiado y manipulado retiene su aroma?
Es igual con la mujer: si no la animas con tus caricias y besos, con mordiscos en sus muslos y abrazos apretados, no obtendrás lo que deseas; no experimentarás placer cuando ella comparta tu diván, y ella no sentirá afecto por ti.
He perfumado mi cámara con mirra, áloe y canela. Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana, hartémonos de amores>>.
<<Te acercas a mí con el olor del pastomatinal recién cortado. Mis pezones se endurecen. El sudor tibio nos fluía de las axilas como pesadas lágrimas, bañándonos el pecho. Un agobiador placer lujurioso sonrojaba nuestras cabezas inertes. Cuatro palomas cautivas, bañadas en cuatro perfumes diferentes, revoloteaban silenciosas sobre nosotras.G otas de esencia caían de sus alas sobre las mujeres desnudas. Me corría por el cuerpo el olor de los lirios. Apoyé la mejilla sobre el vientre de una joven, refrescando su cuerpo con mi cabello húmedo. Mi boca entreabierta se embriagaba con el olor a azafrán de su piel. Lentamente ella cerró los muslos en torno a mi cuello>>.
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