Relato "Un café y un polvo". Parte 5 (Capítulo 15)

jueves, 7 de enero de 2016
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PARTE 5. LO PEOR NO ES QUE SE TE ROMPA EL CORAZÓN, SINO QUE SE CONVIERTA EN PIEDRA.
CAPÍTULO 15. EL EROTISMO POR EL EROTISMO, JUGUEMOS AL JUEGO MÁS SENCILLO QUE EXISTE.

ALBA
Joder no podía parar de llorar en brazos de Martina. Sus brazos me confortaban, sus palabras me tranquilizaban, su calor me estremecía. Levanté la vista para mirarla a los ojos y la besé tiernamente. No de una manera lasciva, no de una manera morbosa, la besé agradeciéndole todo. Creo que nunca besé así a nadie, con esa ternura que tenía tan sumamente encerrada en mi interior. Uno de sus brazos me había rodeado el cuerpo manteniendo el abrazo, y con la otra mano me acariciaba la mejilla como si sostuviera mi cabeza sobre su mano.
Seguí besándola de esa manera, me gustaba esa sensación de paz, de bienestar. Con ella era todo tan distinto. Le besé las mejillas, la nariz, volví a la boca, el cuello, la barbilla.
-Alba…yo...- abrió los ojos que tenía cerrados por mis besos y fijó su mirada en mí.- Yo…te...
Me paré en seco tras esas palabras. A mi corazón, como siguiera a ese ritmo, le daría un infarto. Se calló y nos quedamos mirándonos unos segundos eternos. Yo y mi manía de decirlo todo con la mirada; creo que fue bastante para que Martina pudiera saber todo lo que sentía por ella y volviese a coger aire tras las palabras que había dicho. Me dio un beso, muy corto, muy lento, en la frente, su manera de decirme que lo sabía, su manera de decirme lo que sentía por mí, su manera de quererme, a pequeños besos inocentes. Me tranquilicé y quise volverla a sentir y la volví a besar. La invité con mis labios entreabiertos a que su lengua jugara con la mía y así fue. Ese juego pausado, al cual nunca habíamos jugado ninguna de las dos, me estaba enloqueciendo. Me invitó a que mi lengua explorara el interior de su boca, a que la saborease. Me encantaba. Con ella no existía el tiempo o la prisa, me hacía crear mi propio mundo, con un espacio nuevo, con sus reglas y su reloj y su forma de recorrer y estremecer todo mi cuerpo.
La cogí de la cintura y la acerqué hacia mí para ponerla a horcajadas sobre mis piernas. Ella no opuso resistencia y siguió mis movimientos. No podía parar de besarla lentamente, algo que no solía hacer habitualmente, no me entretenía mucho en esos preliminares ni en saborear otras partes del cuerpo que no fueran tetas, coños o culos. Con ella era distinto, quería saborearla entera, deleitarme con cada parte de su piel, lo necesitaba, lo deseaba, me encontraba agusto haciéndolo así con ella.
Mi boca descendió hacia su cuello que ella inclinó para que tuviera mejor acceso a él. Su olor me hacía desearla más, pero de una manera muy distinta a como estaba acostumbrada. La invadí de besos por todo su cuello, hombros y vuelta a empezar a su boca que me esperaba ansiosa.
Mis manos fueron acariciando su espalda y buscando esa cremallera que parecía esconderse a mis manos. Quería acariciar esa piel de su espalda pero esa dichosa cremallera seguía resistiéndose a mí. Le escuché una risita desconcentrándome en mi trabajoso intento pero me hizo sonreir a mí también.
-Jodida cremallera del vestido. Me tiene hasta el coño - le dije algo divertida.
-Déjame a mí anda - se la bajó en menos que canta un gallo - Ya está - rió.
-Me tenía manía, seguro - le dije cuando volvía a rozar sus labios.
-Ya, seguro que tus nervios no tenían nada que ver - sonrió.
-¿Nervios yo? ¿Nerviosa cuando voy a fo…..? - me callé al instante y le di otro beso tierno en la boca. Se separó.
-¿Qué pasa?- su mirada era interrogatoria.
-Nada - mi boca volvió a buscar la suya, no quería que empezara con sus eternos interrogatorios, hoy no podría tener la paciencia suficiente con ella. Pero no me dejaba besarla.
-Alba, no me mientas.
-Pero, ¿qué coño quieres saber? - me estaba irritando y no era el mejor día para ello. Mis manos comenzaron a acariciar su espalda ya sin el contratiempo del dichoso vestido y bajaron cogiéndole el culo y apretándola más contra mí.
Mi cabeza descendió hacia la zona de sus pechos.
-Has parado al ir a decir… follar.- dijo mientras me levantaba la cara con la mano.
-Ya veo que esa palabra la dices ya perfectamente - ironicé sin dejar de cogerle el culo.
-Alba…- me miró fijamente a los ojos y yo hice un mohín de rendimiento.
-Dime - suspiré.
-¿Por qué te has callado?
-Hoy no quiero follar - tuve que desviar la mirada hacia abajo, no podía mirarla a los ojos.
-Oh...ah.. entiendo…- se apartó de mí y se levantó del sofá antes de que pudiera hacer nada.-Yo… eh… voy a cambiarme.- se le notaba en el tono y en los gestos que estaba incómoda. La pude detener cogiéndole del brazo.
-Martina, no me has entendido - me levanté también para estar a su altura - Hoy no quiero follar contigo, quiero...
-¿Pero sí con otra? -soltó irónica, mientras me interrumpía.- Lo entiendo, no pasa nada.
-Nena, no me seas cabezona.
-Dime una cosa, ¿el nena lo utilizas con todas para evitar equivocarte de nombre?- se soltó de mi brazo y me miró duramente.
-No... - dudé porque en el fondo parte de razón tenía, levantó la ceja - A veces - volví a bajar la mirada. No dijo nada, se quedó quieta mirándome, necesitaba que dijera algo.
-Ya. Duerme en el cuarto de Gabi, es en el que dormiste la otra noche.- fui a decir algo pero me paró.-No. -Se fue hacia su cuarto y me quedé quieta en el salón, quería buscar de nuevo su contacto. Así que me moví a su habitación e ignoré lo que me había dicho. Abrí la puerta, el vestido estaba a sus pies y se encontraba en ropa interior, volví a notar el calor por mí cuerpo- ¿Qué haces?- dijo tapándose con las manos.
-Martina, te estás equivocando. Yo… bueno… yo - ya empezaba a tartamudear de nuevo - no quiero follarte.
-Eso ya lo has dicho. - Estaba claro que ella no quería saber nada de mí.
-Yo… quería hacer el amor contigo - me di la vuelta y cerré la puerta tras de mí dejándola en su habitación y dirigiéndome yo a la mía.
-¡Alba!- la puerta se abrió  y se quedó mirándome.- Perdóname, soy una estúpida. Yo… pensé que… bueno, no sé qué pensé.
-No te preocupes, es normal que pienses así. Os utilizo, lo sé. Buenas noches Martina.- esta vez fue ella la que me sujetó del brazo.
-Yo...ehh… bueno…-se sonrojó.- duerme conmigo… si quieres claro.-añadió rápidamente.
-Sabes que no podría dormir contigo, me sería imposible - sonreí, ella estaba roja y me encantaba que se ruborizara así conmigo. Tiró de mí hacia dentro del cuarto mientras sonreía tímidamente.-Te lo he advertido.
-Lo...lo sé.- Sus cortas respuestas me daban a entender que estaba tremendamente nerviosa ante esta situación y eso me divertía. Decidí seguir poniéndola nerviosa. Seguía intentando taparse con las manos.
-Quiero hacerte mía, pero hay un problema Martina - mi mirada buscaba la suya.
-¿Qué...qué problema?- los coloretes seguían en sus mejillas, y cada vez se la veía más roja.
-Eres virgen - le sonreí.
-Yo...eh...eh…- no avanzaba, se la veía muy graciosa intentando decir algo.
-Y yo no desvirgo a nadie.- Intentaba buscarle la mirada pero no había forma de que ella me mirara a mí.
-¿Por qué? - empezó a retorcerse las manos delante del cuerpo. Al menos había conseguido decir una frase seguida.
-Pienso que ese momento debe ser especial y que debe ser con la persona…-me miró a los ojos y antes de que pudiera terminar volvió a hablar ella.
-Quiero...quiero hacerlo contigo…
No me lo podía creer, que esas palabras me llegaran tan adentro. Me juré a mí misma que nunca sería la persona que desvirgara a alguien y que ese alguien me tuviera siempre en su mente como la que la penetró por primera vez. Ese honor nunca me llegó a gustar, porque siempre he pensado que ese momento debía ser especial ya que siempre se quedaría grabado en la memoria. Pero esta vez no me importaba. Al contrario, tendría el honor de probarla yo y ser la primera en hacerlo. Me sentía feliz por saber que ella me había elegido a mí para ese momento.
La abracé y sellé ese momento con un beso que me resultó el más dulce de mi vida.
-Alba… eres idiota.- dijo sonriendo, aún con sus coloretes.
-Pues esta idiota la sentirás dentro de ti muy, pero que muy pronto - la inundé de besos alrededor de todo su cuello mientras mis manos se deshacían de su sujetador y me daba una imagen increíble de sus pechos. Subió las manos para tapárselos y miró al suelo, de nuevo la sangre se iba agolpando en sus mejillas, dándole esos adorables coloretes suyos. Me hizo gracia ese gesto y mimándola con dulces besos en la boca le fui retirando sus manos de esos pechos tan perfectos.
-Alba…-consiguió gemir mientras la besaba el cuello y le mordía una oreja.
-Shhhhh eres perfecta, déjame mirarte y desearte más de lo que te deseo ahora. - deslicé mis manos por sus cadera para bajar sus braguitas negras de encaje. No dejaba de mirar a esa sirena que tenía frente a mí, a esa persona que con solo palabras me hacía estremecer, no podía dejar de mirar ese cuerpo tembloroso ante mí y que siendo tan normal en su forma femenina, era lo más extraordinario para mí ya que me hacía estremecer de la cabeza a los pies.
- Alba - me cogió de la barbilla y me hizo mirarla a ella -Me pones nerviosa si me miras así - y nos fundimos de nuevo en un beso con nuestras lenguas danzando al son de nuestro ritmo cardiaco.
Realmente la noté temblando pero por el contrario la noté deseosa de mis besos, de mis caricias, de mí. No quería incomodarla, los nervios en la primera vez era lo más normal y quería que estuviera tranquila conmigo, lo que tuviera que pasar pasaría sin más, sin forzar la máquina. La apreté junto a mí todo lo que pude, transmitiéndole todo mi calor, todo mi deseo, y mis manos dibujaron toda su espalda mientras yo no quitaba la vista de su rostro; quería que viese que le respetaba y que haría lo que ella quisiera. Fue ella la que me atrajo hacia su cama y se tumbó bocarriba tirando de mí y poniendome sobre ella. Sus brazos se entrelazaron en mi cintura como no queriendo que me marcharse de allí.
Mis caderas se acomodaron a la suya, rozándonos y escuchando su primer gemido. No dejaba de mirarla mientras la besaba y fue en ese momento cuando ella cerró los ojos y sus manos ascendieron por mi espalda dibujando toda mi columna vertebral. Comprendí que era su forma de decirme que se ofrecía a mí.
Es cuando mi boca descendió poco a poco hasta sus pechos, decidí ver su cuerpo a través de mi boca y lo poco que podía ver mientras la saborea, así se sentiría menos observada.
Sus pequeños pezones estaban duros listos para una boca ansiosa de ellos como la mía. Los besé, acaricié, jugué con ellos con mi lengua y logré otro nuevo gemido de Martina. Noté como su cuerpo se movía buscando más contacto con el mío y puse mi muslo derecho entre sus piernas para abrirla un poco y poderle rozar con él. Un nuevo gemido, seguido de suspiros. Le mordí uno de ellos sin llegar a hacerle daño mientras se lo estiraba y miré hacia ella, sabía que abriría los ojos y me miraría y efectivamente, así lo hizo. Era una mirada de deseo, de placer y una de sus manos se hundió en mis cabellos apretando mi cabeza contra su pecho acelerado.
Mis manos sustituyeron a mi boca, la cual fue camino descendente hacia su vientre con pequeños mordiscos e iba al compás de ese vaivén de sus caderas; y allí lo vi. Vi su monte de Venus. La primera vez que follamos ni me di cuenta que se lo depilaba, ahora me estaba fijando y era hermoso. Era una vista espectacular y me surcó la idea de que no me imaginaba a Martina con su coño depilado, me resultaba una chica demasiado chapada a la antigua para esas modas. Pero estaba claro que Martina era toda una caja de sorpresas. Mis dedos juguetearon por entre sus pliegues y me di cuenta de que estaba mojadísima.
Ya empecé a sentir su cuerpo moverse debajo del mío y su respiración profunda y agitada. Comencé a besarle su monte de Venus y sus caderas subieron invitándome a más y mi lengua ávida de ella la saboreó por primera vez. Sentí transportarme a un lugar de manjares, no quería dejar de probarla pues era adictivo. Mi lengua acariciaba su clítoris inflamado, de color rojo intenso de tan excitado que estaba. Hacía círculos alrededor de él de forma lenta, pausada, deleitándome con lo que ella me estaba ofreciendo. La tenía abierta para mí, dispuesta a ofrecerse. Mis dedos se colocaron en su apertura mientras seguía lamiéndole con parsimonia y comencé a introducir el dedo corazón
-Alba espera, espera… - no había ni metido la yema del dedo, levanté la mirada y la vi nerviosa mirándome a los ojos. Quité la mano de ahí acariciándole el muslo.
-¿Quieres que lo dejemos? - no era una pregunta muy acertada teniendo la boca rozándole el coño.
-No, no Alba- me sonrío tímidamente.- ¿Tú quieres?
-¿Estás de coña? - le lamí donde sabía que le palpitaba, gimió y me agarró de nuevo del pelo para pegar su coño a mi boca.
Esa invitación me hizo seguir deleitándome con ella, pero ahora mis manos las ocupé en sus pechos. No iba a hacerle mía, no estaba preparada pero sí la iba a hacer que se corriera en mi boca, que se dejara llevar por el placer más intenso.
Pellizqué esos pezones duros mientras le masturbaba con mi lengua y vi por el rabillo del ojo como agarraba de las sábanas mientras subía la pelvis para mí. Ese simple gesto me hizo aumentar el ritmo de mi lengua. Bajé una de mis manos y empecé a masturbarla con mis dedos, con más ritmo y más presión, notaba que estaba casi al límite pero no sabía si me avisaría de ello. Por ello, bajé de nuevo mi boca a ese centro de placer al que ella me daba acceso, subí los dedos impregnados de ella y se los puse delante de la boca, ella abrió sus labios y lamió mis dedos suavemente. Ese gesto me excitó muchísimo y fui a besarla, de nuevo dándole su propio sabor.
-Te estás probando a ti misma - susurré mientras le sonreía - Ahora córrete en mi mano. Estás a punto ¿verdad?
-Alba… yo… - se mordió el labio inferior, inspiró profundamente, se arqueó levantando su pelvis. No me hablaba, seguía sintiendo vergüenza y me encantaba verla así.
-Venga nena, no te preocupes, solo córrete y disfruta. - creo que necesitó escuchar esas palabras para dejarse ir. Noté como su cuerpo empezaba a temblar y aumenté el ritmo de mis dedos, soltó un gemido más fuerte que el resto y dejó caer su cuerpo sobre la cama, su respiración seguía agitada y me miró mientras se mordía el carrillo y dejaba esbozar una media sonrisa mientras notaba como la sangre volvía a sus mejillas para volver a colocar ahí los coloretes esos tan adorables que ella tenía.
-Yo...he… ha sido increíble - sonrió de nuevo.
-¿Sí?¿Tú crees? - le respondí con otra sonrisa y comencé a masturbarla de nuevo.
-¿Qué...qué haces?- dejó escapar las palabras en un suspiro, echó la cabeza hacia atrás y noté como volvía a entregarse a mí.
-Hacer que te vuelvas a correr - sus caderas comenzaron a balancearse de nuevo, ahora con más decisión, con la certeza de que iba a llegar a otro clímax igual o más intenso del que tuvo hace unos segundos.
La tenía ya excitada, la tenía en su punto, solo tenía que darle el último empujón para volverla a llevar a la cumbre. Sabía que volvería a tener otro con solo aumentar mi ritmo y la presión en su clítoris; y así lo hice.
-Córrete de nuevo para mí, córrete. - susurré en su oído. Y en ese instante, volví a notar que ella volvía a dejarse llevar por esa explosión de sensaciones. Los gemidos aumentaron de volumen, y mi boca buscó la suya para tragar todos esos gemidos, a Lucía la teníamos en el cuarto de al lado.
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Buzzys
Arwenundomiel

13 comentarios:

  1. Estaba anciosa por este nuevo capitulo...me encanto esa transicion de sacar la conclusion de sobre una persona por solo ver lo que habia echo anteriormente y ver esa otra faceta de ella...alba martina ufffss perfectas...

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    1. Las fiestas navideñas han hecho que las ganas sean mucho más intensas xDDD. Parece q se va descubriendo un poquito el pasado de Alba y eso os hace comprender varios aspectos de su comportamiento no??. Entonces... la combinación de Alba y Martina es perfecta??.

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    2. Mas que perfecta esa combinacion de tranquilidad y calma que le da martina a alba...es tal que ella le permite mostrar esos sentimientos que tiene ocultos tras esa actitud salvaje que tiene alba....y esa combinacion al hacer el amor tiene ese no se que que lo introduce en esa situacion...es una combinacion perfecta el ying y el yang...

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    3. Parece que Martina da esa tranquilidad a Alba pero... ¿quién se la da a Martina? ¿Quién es el Ying y quien el Yang?

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    4. Buena la interrogante...hasta ahora...bueno esta historia tiene mucho en comun con una relacion que tuve,porque yo era la tranquilidad asi como martina y ella era como alba una mujer muy introvertida pero tenia algo oculto solo decia lo necesario para no preocupar pero uno siempre sabe que hay mas se enfrenta al mundo con su caracter pero le teme a lo que calla...pero no especulemos la historia me puede sorprender martina tiene ese misterio de su orientacion en que su familia no sabe lo que siente en realidad solo tiene esa careta por no decepcionarlos...veamos si alba le dara ese apoyo y confianza que necesita sin presionarla alli creo que se vera ese ying de alba que mayormente es yang y martina ese yang para saber enfrentarse y a lo que le viene porque ella no dejara a alba sola

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  2. Genial el punto al que ha llegado la relación entre ambas!! Estoy fascinada!!No se me ocurre que mas puede pasar...

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    1. Pues queda por pasar muchísimas cosas, eso ya te lo adelanto. Si esto es genial, agárrate ahora..... Gracias por comentar, hacéis que el blog vaya teniendo "vidilla" y eso motiva muchísimo a todas las que estamos formándolo.

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  3. Ufff me encanto y quiero mas....que narración tan perfecta me transporta a lo que ellas están haciendo

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    1. Para este próximo jueves otro capítulo. Nos encanta saber que nuestra forma de escribir os hace entrar hasta el interior de los propios personajes, sintiendo incluso sus sensaciones y sus "excitaciones" xDDDD. Gracias Leydian por comentar, vuelvo a decir que eso nos ayuda a mantener el blog.

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  4. Toma capítulo calentorro! Ya va bien después de toda la historia tensa del hospital tomarse un respiro -o un gemido jaja-.

    Y os digo una cosa, casi casi ha sido un trío con las protas porque me habéis transportado a esa habitación, en ese momento. 😊

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    1. Jajajajajaj me encanta todos tus comentarios y sobre todo tu sinceridad. Eso del trío no está nada mal xDD. Y lo que más nos motiva es saber que varias ya nos habéis confirmado que nuestra forma de narrar os transporta y os llega tan dentro que casi lo vivís en primera persona. Saber eso para nosotras que lo escribimos es... INCREIBLE. Gracias

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