Relato: "Celos" Capítulo 3

lunes, 30 de noviembre de 2015
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CAPÍTULO 3
Pasó el sábado y reconozco que lo pasé bien en casa de Alicia. Nadie me preguntó por Carlos y lo agradecí, se me hubiera notado enseguida que estaba enamorada. Comimos pizza, bebimos vino y cerveza, comimos palomitas y vimos "El diario de Noa" y "Pretty woman", aunque habíamos visto esta última un millón de veces. Todas soñábamos con un Richard Gere, lo que nadie sabía es que yo ya lo había encontrado. Mamen me acercó a casa a eso de las cuatro de la mañana y después de meterme en la cama vi el móvil. Lo había puesto en silencio y no lo miré en toda la noche.

Carlos: Mañana cine ¿no?
Marian: Sí, claro. ¿A las cinco? Tomamos antes un (emoticono taza de café).

No hubo contestación. Estará durmiendo me dije a mi misma, tardé unos diez minutos en quedarme totalmente dormida.
Desperté a eso de las once porque noté como vibraba el móvil en la mesa abrí los ojos como pude y leí el mensaje:

Carlos: Me vendrá genial el café, nos vemos luego. Por cierto, buenos días.

Me alegró el día saber que tenía ganas de verme. Así pasé el resto del tiempo hasta que llegó la hora de irme. No vi a mi hermano en todo el día, ni Carlos me contó nada de lo que hicieron la noche anterior. Llegamos al cine y después de decidir que película veíamos, se empeñó en pagarme la entrada, así que yo pagué las palomitas. Aquella tarde y todas las que siguieron fueron maravillosas; íbamos al cine, a bailar, de tiendas, a tomar café, lo que hacían las parejas. Pero él seguía sin declararse; también quedaba con mi hermano de vez en cuando y en el fondo yo sabía que era para decirle cuando me amaba y que no encontraba como declararse. Mi hermano era un encanto así que, le daría buenos consejos.
Después de dos meses de salidas, llamadas y mensajes ya estaba desesperada, así que o o lo hacía él o me declaraba yo. Tenía tantas ganas de pasar de los picos cuando nos saludabamos a besarnos con pasión desenfrenada. Quería dejar de tocarme pensando en él, a que me tocara él con sus manos suaves y sedosas. Volví a la realidad de repente cuando escuché como sonaba el móvil, era un whatsapp de Carlos:

Carlos: ¿Tienes algo que hacer? Me gustaría hablar contigo.
Marian: Sí claro. ¿Cuando quedamos?
Carlos: Te recojo en diez o veinte minutos, ¿estás en (emoticono casa)?
Marian: Sí. Aquí estoy.
Carlos: Ok. Ya llego (emoticono labios).

Me pasé los veinte minutos paseando por casa. No había nadie allí. mis padres se habían ido unos días fuera y Sergio estaría con algún ligue. Tenía la casa para mí, sabía que Carlos se iba a declarar, no sé como lo iba  a hacer, pero podría llevarlo a mi habitación y formalizar por fin nuestra relación. Sonó mi móvil y lo miré nerviosa.

Carlos: ¿Bajas? Ya estoy aquí.

Cogí las llaves y bajé lo más rápido que puede, había venido en coche, subí y le pregunté impaciente.

- Bueno, ¿qué pasa?
- Te lo cuento cuando lleguemos a la playa. Necesito tranquilizarme.

No hablamos en todo el trayecto, Carlos estaba nervioso y yo se lo notaba. Mis pensamientos fluían solos. Íbamos a la playa y era de noche "qué romántico" pensé. cuando llegamos, Carlos aparcó y sacó una botella de cava y dos copas del asiento de atrás. Yo lo miré, no me había dado cuenta que aquello estaba allí. Él me sonreía me cogió de la mano y me llevó hasta la arena, me ayudó a sentarme, se sentó a mi lado, me dio las copas y abrió la botella.

- Brindo - dijo llenando las copas y cogiendo una de ellas - por el amor.

Yo sonreí triunfante, por fin se estaba declarando. Le había costado pero lo estaba haciendo y de una manera perfecta: la playa, las estrellas y el cava para celebrarlo.

- Me enamoré desde el primer minuto - dijo.

"El primer minuto" pensé, y yo creí que se aburría. Vi que se ponía colorado e intenté ayudarlo posando mi mano sobre la suya para animarlo a seguir declarándome su amor.

- Cuando vi a tu hermano allí plantado delante de mí en la puerta de tu casa, lo supe - continuó.

"¿Mi hermano? pero ese no fue el primer minuto que nos vimos, ¿se dió cuenta que me amaba el día de la cena con mi familia?. Hay supo que soy la mujer de vida, claro". Me engañaba a mí misma con todos aquellos pensamientos, sonreí. Carlos también sonreía y volvió a hablar de nuevo.

- Marian, estoy enamorado de Sergio.

En ese momento exacto mi corazón se rompió y dejé de sentir, ya no escuché nada más, solo acertaba a entender palabras sueltas: "él también está enamorado de mí", es lo que llegó a mis oídos antes de reaccionar.
No sabía que Carlos era gay, no me lo había dicho nunca, y entonces recordé el día que nos conocimos, él me dijo "yo creo que nos quieren liar" y seguidamente "tu amiga no se ha dado cuenta que soy gay" ¿cómo podía haber olvidado esa parte de la conversación?, me quedé tan absorta en sus ojos verdes que solo escuché lo que deseaba escuchar.

- El me besó... cuando me pidió salir.
- ¿Y cuándo fue eso? - acerté a decir enfurecida de celos.
- El sábado cuando fuimos al pub irlandes - contestó.

Llevaban casi dos meses juntos y yo no me había enterado.

- Le he pedido que se venga a vivir conmigo y me ha dicho que sí - me contó eufórico.

Empecé a tembrar de rabia y de celos. Mi hermano me había robado al hombre de mi vida y encima lo había besado, tuvo a Carlos entre sus brazos antes que yo. Me dieron arcadas y vomité, Carlos se asustó y me tocó la frente.

- Marian, estás ardiendo, creo que tienes fiebre. Vamos, te llevaré a casa - me dijo ayudándome a levantarme.

No tenía fiebre, eran celos. Unos celos que me consumían por dentro y me estaban llenando los ojos de lágrimas.
Carlos abrió el maletero del coche para dejar las copas y darme una chaqueta que tenía allí.

No recuerdo como ni cuando llegué a mi casa, ni porqué tenía sangre en la chaqueta.
Estaba en la cocina cuando escuché la puerta, era sergio.

- Marian, estoy aquí - le oí decir mientras venía hacia donde yo estaba, no vio la sangre porque le daba la espalda.

Me dio un beso en la mejilla y me preguntó.

- ¿Has hablado con Carlos?
- Sí, ¡enhorabuena! - contesté mientras pensaba "me has quitado al hombre de mi vida".
- Es tan... guapo - dijo mientras me daba la espalda.

Yo me giré, en la mano llevaba un cuchillo de carnicero que teníamos en casa. Al menos tenía ocho dedos, unos veinte centímetros. Me acerqué y lo abracé por las espalda con mi mano libre, eramos muy cariñosos, así que él me agarró el brazo para devolverme el apretón. Calculé donde acababan sus costillas con los dedos de la mano.

- Que me haces cosquillas - me dijo riendo e inclinándose un poco hacia delante. Ese era el lugar exacto, debajo de sus costillas, desde atrás. Pinché en diagonal hacia arriba con todas mis fuerzas, metí toda la hoja hasta el mango. A sergio no le dio tiempo de chillar le había perforado el pulmón derecho para que no pudiera reaccionar. Solo escuchaba un pequeño hilo de sonido escapando de su garganta y su mano cogiendo la mía. Saqué el cuchillo de su espalda y cayó de rodillas delante de mí, casi me caigo con él, pero logré mantener el equilibrio; le agarré del pelo y le pasé con fuerza la hoja afilada por el cuello de izquierda a derecha, apretando en la yugular.

- Es mío, no lo olvides - le dije al oído.

Me puse delante de él cuando cayó al suelo, me miraba suplicante, intentando decir algo me acerqué a su lado y le corte los labios.

- Su boca era mía.

Volví a hundir el cuchillo varias veces en su cuerpo, sentía como se rasgaba la piel con el filo, como chocaba con algunos huesos. Me senté en el sofá a esperar que Carlos me contestara, le había mandado un whatsapp:

Marian: Ya no tendrás que estar con él, lo he arreglado. Sé que estabas confundido y que quieres estar conmigo, pero mi hermano te engañó, no te preocupes todo está arreglado . Pronto estaremos juntos.

El teléfono no sonó. Carlos no me contestaba, no recuerdo cuando llegaron mis padres, ni los gritos de mi madre, no recuerdo cuando llegó la policía. Solo recuerdo que cuando me quitaron el móvil me puse a gritar histérica.

- ¡Carlos me tiene que contestar!
-¿Quién es Carlos? - preguntó el policía.
- Es mi novio - contesté.

Mi madre le negó a la policía con la cabeza y miró el cuerpo de mi hermano que lo habían tapado.

Después de aquello hubo un juicio y me acusaron de doble asesinato. Acabé en un centro psiquiátrico porque se me había ido la cabeza, enajenación mental lo llamaron. Alicia testificó diciendo que una noche que habíamos quedado me la pasé hablando de Carlos y mirando el móvil. El fiscal describió que la noche de autos tuve un ataque repentino de celos y que al sentirme rechazada por la víctima, la acusada, que era yo, había cogido la llave de tuercas del maletero del fallecido y le había golpeado en la cabeza hasta matarlo. Que los sesos estaban esparcidos por la calzada. Hasta llevaron un par de testigos, eran unas meretrices, así las llamó el fiscal, que decían que yo le golpeaba gritando que era mío. El coche de Carlos apareció cerca de mi calle mal aparcado, dijeron que yo lo había conducido hasta allí. Cuando yo testifiqué solo dije la verdad que Carlos era mi novio y que me estaba esperando en el coche cerca de casa porque nos íbamos a vivir juntos. Cuando me internaron solo quise un móvil porque Carlos me tenía que llamar. Me dieron uno muy moderno, con bolitas de colores dentro. La señora de blanco que siempre andaba por allí me dijo que era una marca japonesa y que era lo último en tecnología.

Carlos me llamaba cada noche y me decía lo mucho que me amaba. Que me estaba esperando en nuestro piso, deseando que llegara para organizar la boda, y me daba las gracias por librarle de mi hermano.
"Soy tuyo" me decía "y siempre lo seré".


FIN
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Escrito por Nika

6 comentarios:

  1. Bueno, bueno, bueno, qué pedazo de final!

    Me ha encantado la historia. Ya se la ve un poco de ramalazo loco en algunos momentos pero no lo quieres creer.

    Eso de que le corte los labios, sienta como el cuchillo entra y golpea huesecitos ha sido bárbaro!

    Quiero más de este tipooooo

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  2. Espectacular!!!
    Muy bien relato, excelente final.
    Felicitaciones!!!

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  3. ¡Lo sabiiiiiiaa! Sabía que acabaría con el hermano y que algo malo pasaría pero oye te lo as marcado :) me han durado na y menos los tres capítulos y se me han echo muy amenos así que felicidades por tu historia :)

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    1. Jajaja si se que era obvio, pero bueno me alegro que te haya gustado.

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