Hoy hace ya un año que murió mi pequeño, mi perrito, y
espero encontrarme con él cuando me muera, sea lo que sea lo que haya después de
la muerte.
A pesar de saber que hace un año que no está, no soporto su
ausencia, se me hace raro despertar y ver que no está, estar bien o mal y ver
que no me acompaña (sobre todo cuando estoy mal), que no viene a darme sus mimos
y secar mis lágrimas. Desde hace un año, hay un perrito menos en este planeta,
pero hay una estrella que brilla cada noche con más fuerza en el cielo.
Hay quien dice que nadie muere del todo si su recuerdo
queda vivo tras su marcha, y sigue vivo en mi y seguirá conmigo hasta el fin de
mis días, porque aún recuerdo cuando lo vi tan chico e indefenso y como me
miraban sus ojitos oscuros.
La última noche antes de salir de mi vida, durmió conmigo,
te acurrucaste en mí y no te moviste en toda la noche. Cuando sonó mi
despertador, se levantó y me lamió la cara enterita, no sabía si enfadarme con él
o comérmelo a besos. Cuando volví del instituto me dijeron que lo habían sacrificado,
se me encogió el corazón, era y es una parte esencial de mi vida.
Mi pequeño gran amigo, aunque te hayas ido nunca te
olvidaré, ni de todo lo que hicimos juntos, te quiero gordo.
NOTA A TODO AQUEL QUE TENGA MASCOTA: Cuidarlos, porque esas
mascotas se convierten en amigos y dan por nosotros grandes cosas, y nosotros
hay momentos que no lo valoramos, como cuando nos buscan y creemos que lo
nuestro es más importante que lo que ellos quieran y yo aprendí que tienen
sentimientos. De verdad, valorar la suerte que tenéis de que sigan con vosotros
porque por desgracia un día dejarán de estarlo.
Escrito por @srtadesquiciada
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