Más dulce que la miel, son los besos de tu boca.
Tus pechos perfectos de mis manos buscan tus caricias.
Tu cuello persigue mi lengua, deseosa y decidida.
Tus piernas atrapan mi cuerpo que no quiere escapar de tu cintura.
Mis manos se pasean por tu espalda definiendo lentamente tu figura.
Hasta llegar a tus caderas que bailan al compás de mi intensa melodía .
Pero ¿dime dónde estás?, cuando sueño que por fin eres toda mía.
Miriam se quedó boquiabierta cuando vio aquel email. Su ciberamiga Alicia con la que había estado hablando tantos meses, le había mandado un poema muy sensual.
Después de releerlo varias veces, decidio contestarle:
Hola Alicia. Me ha sorprendido mucho ese email con esa poesía tan.... sugerente. Sé que no iba dirigido a mí y aunque nunca hemos hablado de eso, y espero que no te moleste, tengo que decirte que me has puesto como una moto...
Miriam le dio a enviar suspirando con deseo. Le gustaba su amiga pero estaban lejos, cada una en una punta del país; si no fuera así ya se habrían conocido. No habían pasado ni cinco minutos cuando llego otro email:
Hola Miriam. Pues sí era para ti; no sabía como decirte que... bueno, que me gustas mucho, que me pones mucho cuando hablamos por cam... y no te enfades pero.... buf, tu también me pones como una moto.
Miriam se puso colorada y sin pensárselo dos veces contesto enseguida:
Pon la cam anda, necesito verte.
Cuando Alicia recibió el email no dudó y conectó la webcam llamando por skype a su amiga que contestó en seguida.
- Madre mía, que guapa estás- dijo Miriam nada más ver a su amiga en la pantalla.
- Tú sí que eres guapa - contestó Alicia sonriendo.
Las dos sonrieron alegremente y se pusieron de repente nerviosas. "Una de las dos debería dar el paso", pensó Alicia abriendo ligeramente la boca.
- ¿De verdad era para mí ese poema? - pregunto Miriam
Alicia se armó de valor y ni corta ni perezosa contestó:
-Sí, de verdad. Es que me pones mucho y me encantaría poder sentirte desnuda, acariciarte, besarte...
- Me encataría que me hicieras todo eso - dijo Miriam cortando a su amiga y acariciándose un pecho inconscientemente.
Alicia se dio cuenta de lo que hacía su amiga, tragó saliva y se movió incomoda en su silla al notar la humedad en su entrepierna.
- Bufff. Miriam si haces eso me vas a matar - dijo Alicia.
La chica se dio cuenta de donde tenía la mano y se pellizcó el pezón ligeramente soltando un gemido ahogado.
- ¿Esto? - dijo Miriam jadeando y volviendo a pellizcarse el pezón.
- Me encantaría hacerlo a mí - dijo Alicia acariciándose también.
- Imagina que soy yo la que te toco - le dijo su amiga que no dejaba de pellizcarse los pezones y respirar entrecortada.
- Joder que calor. Quítate la camiseta - dijo Alicia quitándose la suya y dejando sus pechos al aire.
Miriam hizo lo mismo y suspiro al ver los prominentes pechos de su amiga en la pantalla. Sus propios pezones se endurecieron al ver la imagen tan sexy.
- Tócate por mi y yo lo haré por tí - dijo Miriam apretándose los pechos.
Alicia se metió el dedo corazón en la boca y seguidamente empezó a jugar con un pezón.
- Ohhh - gimió - Es como si me chuparas tú - dijo Alicia.
Miriam mojó sus bragas completamente y ahogó un gemido mientras miraba a su amiga y la imitaba. Las dos mujeres estaban muy excitadas.
- Necesito tocarte, penetrarte, hacerte mía - suspiró Alicia.
Miriam se puso un instante de pie y se bajó los pantalones y las braguitas dejando que su amiga la viera totalmente desnuda. Empezó ha acariciarse el cuerpo. Alicia rebuscó en un cajón sin quitar los ojos de la pantalla y sacó un vibrador de unos 23 cm y bastante ancho.
- Me gustaría usar esto contigo - dijo Alicia sin dejar de pellizcarse los pezones.
- Ohhh, me encantaría - gimió Miriam agachándose y sacando un consolador igual que el de su amiga y sonriendo - Yo quiero hacerte lo mismo.
Alicia se quitó el resto de la ropa y puso los pies sobre la mesa del ordenador abriendo las piernas para que su amiga viera completamente su coño abierto y mojado; dispuesto para ella.
- Tócate, acariciate como si fuera yo quien te toco - dijo Miriam mientras se ponía en la misma posición que Alicia.
Ella obedeció y empezó a tocarse lenta y pausadamente. Miriam hizo lo mismo como si se viera en un espejo; se acarició el clítoris de arriba abajo, luego en círculos y gimió al mismo tiempo que Alicia que se sacó los dedos del coño y se los metió en la boca chupando su propio sabor. Después volvió hacia abajo y se penetro con dos dedos, esta vez chillando de placer.
- Joder - gimió Miriam mientras seguía tocándose - Hazlo mas fuerte - dijo.
Alicia sacó un poco los dedos y se introdujo uno más empujando más fuerte y gimiendo.
- Quiero follarte - le dijo Alicia sin dejar de empujarse a si misma.
Miriam cogió su vibrador y se lo metió en la boca lubricándolo para poder usarlo. Lo lamía como si fuese una piruleta. Alicia se puso tan cachonda al ver aquello que tuvo que bajar la velocidad de su toque para no correrse.
- Métetelo primero poco a poco.
Miriam se pasó el consolador por todo el cuerpo, acariciándolo con suavidad y bajando poco a poco hasta su sexo. Alicia tragó saliva al ver como su amiga se metía aquello en el coño y gemía. Miriam empezó a mover el vibrador dentro de ella, lo sacaba y lo volvía a meter lentamente.
- Más - dijo Alicia no pudiendo decir otra palabra dado su nivel de excitación.
Miriam empujó más fuerte el consolador, metiéndolo más dentro de su coño y sacándolo y volviendo a meterlo fuerte. No dejaba de gemir y mirar como Alicia se metía los dedos.
- Tócate al mismo tiempo - dijo Alicia mientras acariciaba su clítoris al mismo tiempo que se penetraba.
Miriam hizo lo que pidió su amiga. El estallido de placer que sintió fue indescriptible y gritó el nombre de Alicia al imaginar que era ella quien la tocaba. Apretaba el clítoris entre sus dedos y lo acariciaba de arriba hacia abajo sin parar de penetrarse con el consolador.
- No pares por favor, estoy a punto de correrme - dijo Alicia.
- No pienso parar - contestó Miriam.
Siguieron tocándose y penetrándose con fuerza, tres, cuatro embestidas.
- Me corro - gritó Miriam.
- Ohhh. Yo también - dijo Alicia.
Las dos mujeres llegaron juntas al clímax. Fue un orgasmo delicioso, gritando cada una el nombre de la otra.
- Me ha encantado hacer esto contigo - dijo Alicia cuando se calmaron.
- Y a mí y quiero reperir - contestó Alicia.
Desde aquel día se conectaban siempre a la misma hora y se masturbaban juntas por la webcam.
Escrito por Nika