Relato "Un café y un polvo". Parte 6 (Capítulo 19)

jueves, 4 de febrero de 2016
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PARTE 6. Y ES QUE DICEN QUE LAS COSAS BUENAS... NO SUELEN DURAR MUCHO. 
CAPÍTULO 19. LOS OLORES HACEN VOLAR A LA MEMORIA. PARA BIEN... O PARA MAL.

"-Aspira cariño, aspira. ¿No te parece un olor maravilloso?- toqué la cabeza de Lucía, acariciándole el pelo y sonriendo.  Apenas tenía cuatro años y ya demostraba ser más inteligente que su hermana.

-Huele muy bien. ¿Qué son?
-Rosas Peace cariño, estos olores traen el perdón después de una pelea. - abrió mucho sus ojos.
-¿Siempre?
-Siempre. Los olores siempre traen recuerdos. Para bien... o para mal"

ALBA
No pude dormir una mierda. El dolor aunque remitía seguía recordando su motivo de estar ahí, la última conversación de Lucía se me repetía en la mente como una condena. “La quieres, te guste o no” ¡qué coño sabrá una niñata de 16 años! pero ¿por qué me cabreó tanto si no es así? Mi vida que casi creí tenerla encauzada, se estaba cayendo a un puto abismo donde ni tan siquiera sabía si había fondo o no. Me levanté de la cama sin hacer mucho ruido y tras salir del baño, me encaminé al balcón a fumarme mi primer porrito del día. Me tranquilizaba, me ponía todas las ideas en su lugar.

-¿Puedes dejar de fumar?- me espetó Lucía levantándose de su cama.
-No empieces tan de mañana por favor - puse los ojos en blanco queriendo algo de tranquilidad al principio del día.
-No lo hago.- su tono se suavizó. Se acercó a mí y me quitó el porro de las manos sonriendo. Lo apagó antes de que pudiera decir o hacer nada y lo tiró hacia la calle. Seguidamente me abrazó acariciándome el pelo.- Tranquila preciosa. No necesitas eso ¿de acuerdo? - No tenía ganas de discutir, no tan temprano. Respiré hondo e intenté que desapareciera la incipiente ira que me provocó ese acto de Lucía. Le agarré la mano que tenía en mi espalda al abrazarme y se lo bajé a la altura de mi cintura, intentado disimular ese gesto.
-Los porros es menos grave que un coma etílico por ejemplo, me calma y me ordena las ideas. Y controlo, si es lo que te preocupa.
-Cuando alguien dice que controla es que no lo hace.- dijo sonriendo.- No es eso. Simplemente no me gusta. ¡Bueno!- dijo sentándose.- Cuéntame lo de tu espalda.
-No es nada, una mala postura. ¿La niña a que hora se despierta? - quise cambiar de tema.
-Depende.- miró hacia la cama y sonrió.- Es una dormilona pero se levantará en nada seguro.
-Vale. Me daré una ducha y después saldremos a desayunar y nos pasaremos por el hospital.

En ese instante sonó mi móvil, era Carmen. Una sonrisa se me dibujó en la cara. Carmen, todo lo que había vivido con ella y ni me acordé de avisar en estos días. Supongo que llamaría porque estaría preocupada.

-Dime nena. Sí, claro que estoy bien. No, no. No me ha pasado nada; bueno, a mi madre sí. Lo de siempre, el cabrón le ha vuelto a dar otra paliza - no dejaba de dar vueltas por el balcón mientras hablaba por el móvil. Veía a Lucía que me miraba no con muy buenos ojos. - Ya te contaré nena. No he dormido en casa por eso no te he cogido el fijo. ¿Con Martina?- reí.- que va, mujer; esa niña es una mojigata, ¿qué iba a hacer yo con ella? ¿Estás celosa acaso? Vale, vale. No he dicho nada. Lo que han contado sí es cierto, nos morreamos y tal pero… - no supe que decir - Con ella no se puede hacer nada. ¿Mi madre? Ahora voy a ir al hospital a ver que tal está - miré de nuevo a Lucía que tenía cara de pocos amigos - Te llamo luego y si eso quedamos y te cuento mejor ¿vale? Te quiero nena. Cuídate - Colgué mirando a mi hermana que estaba resoplando - ¿Y ahora que pasa?
-Nada, no voy a meterme. Haz tu vida, tú verás lo que quieres hacer con ella. Pero no nos pongas en peligro.
-Carmen es una de mis mejores amigas, nunca os pondría en peligro.
-Ten cuidado… por favor Alba.
-Ella siempre ha sido mi apoyo, la quiero muchísimo. No tengo que tener cuidado con ella - me molestaba que hablaran mal de Carmen.
-Alba, puede verte alguien por favor. No me refiero a que Carmen te traicione.
-Mira Lucía, no voy a estar encerrada entre cuatro paredes, me moriría. Me voy a duchar - me dirigí hacia el baño - Ve despertando a la pequeña para irnos después a desayunar.

LUCÍA
Era la cuarta mañana que nos levantabamos entre aquellas horribles cuatro paredes color caqui del hotel, con la espantosa moqueta gris en la que se dedicaba a rodar, todo el día, Almu. Me iba a volver loca. Los días transcurrían igual, yo me quedaba sentada todo el día en la cama mirando como Almu después de su patalea diaria se rebozaba por el suelo asqueroso. Alba volvía sobre las seis de la tarde y a partir de ahí nos dedicábamos a hablar de mamá a la que tampoco me dejaba ir a ver… Solo salíamos para desayunar y para cenar. Y ella estaba todo el día fuera mientras yo me apartaba del mundo con los chillidos o las risas de la peque de fondo.

-¿Mamos a desayunar?- la manita de Almu me tiraba de la chaqueta. Me agaché y la cogí en brazos dirigiéndome al baño.
-Sí peque, hay que esperar a que Alba se vista para salir las tres juntas.- la senté en el lavabo y me dediqué a peinarla con un lazo azul en un kiki. La peque iba preciosa con su peto vaquero y su polo blanco. Yo llevaba tres días con la misma ropa, tenía que ir a comprar. Cuando terminé la bajé del lavabo y dejé que se fuera a la puerta, se sentaba todas las mañanas delante de ella en el suelo, esperando pacientemente unos... tres minutos. Me dirigí a Alba.

-¿Hoy podemos salir?
-No me gusta la idea, la verdad - suspiró - Pero la enana debe salir a la calle y jugar un poco. Y bueno… tú… - me miró sin saber bien que decirme pues sabía que me estaba muriendo entre estas 4 paredes. - ¿Dónde iréis? - Me preguntó mientras nos dirigíamos hacia la puerta para irnos a desayunar.
-No lo sé, me sirve dar una vuelta a la manzana y ver qué hay por aquí.- nos dirigimos como cada mañana a la cafetería de enfrente del hostal y nos sentamos en la misma mesa. Era un sitio acogedor, siempre estaba lleno y era precioso. Tenía un toque francés, como una casita de cuentos de hadas…- Quiero lo de siempre, quédate con la peque. Voy al baño.

Me encantaba el baño de aquel sitio, era de color rosa y blanco, con un centro entre los dos lavabos lleno de flores de jazmín que llenaban el baño con el olor de la flor y lograba tranquilizarme. Sin embargo, aquella mañana no tardé ni dos segundos en entrar en el baño y darme cuenta de que no estaban las flores de jazmín en el centro. En su lugar había tres rosas peace, los recuerdos bombardearon mi cabeza y tuve que apoyarme en la pared para no caerme, las náuseas subieron por mi garganta. Empecé a marearme, los golpes brotaban en mi cabeza sin avisar, no podía controlar mi memoria… un dolor en la cabeza, dolor en las costillas, el puño volando hacia mí, intentaba respirar, pero el aire no obedecía y no llegaba hasta mis pulmones, me ahogaba. Y luego calma, mucha calma, estaba en mi cuarto de nuevo, otra vez, me miraba al espejo en ropa interior, moratones, cortes… la puerta, mi padre… y un ramo de rosas peace “Perdóname, fue sin querer”, aquella fue la primera vez que me pegó. Respira Lucía, calma, no estás en casa, no lo estás. Levanta. Me levanto del suelo, no sé cuando me he agachado, los pensamientos intentan agruparse en mi cabeza. Me acerco temblando a aquellas malditas rosas, el olor me llega hasta la nariz y es el aviso que necesito para salir del baño. Me dirigí a la barra.

-Perdone, - la camarera sonriente de cada día me miró.- ¿Han cambiado las flores del baño?
-No. Son flores de jazmín.- asentí mientras veía por el rabillo del ojo como me miraba intranquila mientras yo ya me iba hacia la mesa.
-Tenemos que irnos.- dije cogiendo a la pequeña en brazos. Alba miraba su móvil y parecía que no me había oído.-¡Alba! ¡Nos vamos!
-¿Qué coño pasa Lucía? No hemos ni desayunado todavía.
-Está aquí. Está aquí.- la voz me temblaba y las lágrimas me rodaban por las mejillas. Noté que las mesas de alrededor me miraban, me daba igual. No me importaba, el cabrón de mi padre estaba allí y tenía que llevarme a Almu.
-¡¡No me jodas!! - se levantó como un resorte, mirando por todos los lados y arrebatándome a Almu de mis brazos, que se había puesto a llorar - ¿Dónde está? ¿Dónde lo has visto?
-No le he visto. Ha...ha…-me temblaba el cuerpo. No conseguía explicarle nada.
-Pero entonces ¿Qué coño has visto?
-Hay tres rosas peace en el baño. Y siempre son flores de jazmín, siempre… hay, hay… hay rosas peace Alba.- mi cuerpo se había vuelto por completo una alteración y sentía que me estaba mareando.
-¿Rosas peace? ¿qué mierda me estás diciendo?
-Sí… Hacía tiempo que no...no…- no me salía la voz de la garganta.
-Me cago en la puta con el cabrón de mierda. Toma a la niña - me devolvió a Almu y se dirigió como un cohete hacia el baño, la seguí.

Cuando Alba abrió la puerta, el olor a jazmín me llegó hasta la nariz. Las perfectas flores de siempre adornaban el centro. No podía ser… yo había visto aquellas malditas rosas, las había olido… dejé a la pequeña en el suelo.

-¿Dónde están esas dichosas rosas Lucía?

ALBA
La cara de sorpresa de Lucía, empapada en lágrimas me miraba con expresión confundida.

-Yo...yo…-aquellos días metida en la habitación la habían obsesionado, pero hasta ese punto...no podía imaginarlo.
-Yo...yo… ¿Qué Lucía? - La cogí de los hombros zarandeándola.
-Estaban en el c...centro.-balbuceó.
-En el centro hay jazmines Lucía. ¡Jazmines! - grité, creo que le estaba afectando demasiado todo. Se tapó los oídos con las manos y movió la cabeza hacia los lados.
-No...no...había tres rosas… las he visto...las he visto…- me recordó a cuando mi madre también “veía” cosas inexistentes.
-Ya, pero resulta que no hay ninguna rosa - la rabia la notaba subir por mi faringe hasta mi garganta en cada frase que le decía. - Anda, vámonos de aquí Lucía, compraremos algo en la tienda de al lado y comeremos en el hotel - Salí sin mirar atrás.
-Alba, de verdad que estaban ahí… ¡ESTABAN AHÍ!
-Lucía cállate ya, te pareces a mamá. Las rosas no están y punto. Vámonos ya cojones.- sentí que su mirada me atravesaba.
-¿Y Almu?- la mocosa no estaba por ningún lado, no me había dado cuenta ¡Joder!- ¿Y ALMU?- lo que me faltaba, Lucía se puso histérica, toda la maldita cafetería nos miraba.
-Joder, ALMU - grité sin pensar en que estábamos en una cafetería, sin pensar que estaba repleta de gente. En mi cabeza solo se divisaban imágenes de mi jodido padre dando palizas a diestro y siniestro - ¡Me cago en la puta hostia! - Lucía corrió hasta el baño.
-Almu, Almu cariño…- susurraba.- ¿Cariño estás aquí?

La tapa del baúl de mimbre de debajo del lavabo se fue abriendo poco a poco y salieron dos ojillos aterrorizados.

-Joder enana - noté como se deslizaban unas lágrimas por mis mejillas. Mi corazón se me iba a salir del pecho y eso que solo hacia días que conocía a esa mocosa.
-Lo he hecho mien ¿A qué sí?- nos miraba alternando de una a otra, Lucía la cogió rápidamente en brazos.
-Muy bien pequeña, muy bien.- las lágrimas caían de los ojos de Lucía, supe que aquello estaba empezando a superarla.
-Diossss pero… pero ¿Qué coño ha pasado? - no sabía esa conexión que tenían entre ambas.
- Si viene papá, yo me escondo y luego Boo me regala natillas -. La mocosa apoyó la cabeza en el hombro de Lucía y me sonrió. Probablemente era la única que había hecho algo sensato aquella mañana. Miré a Lucía con admiración, esta chica no dejaba de sorprenderme. Lo daría todo por la mocosa, y si digo todo era todo.
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Buzzys
Arwenundomiel

5 comentarios:

  1. Bravo por Lucía que ha enseñado a esconderse a Almu!!

    Y vamos, lo veo normal que se le vaya la olla después de todo lo que ha pasado la pobre..

    Ahora no sé si quiero que se lie parda porque estoy empatizando con las muchachas XD

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    1. Jajajajjajajaj Lauryncorr, cambias más que el tiempo. Te dije que esperaras a nuevos acontecimientos porque podrías cambiar de opinión. Creo que no me equivocaba xDDD.

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  2. Anoche, por pura casualidad, he descubierto este blog, esta historia, empecé a leer y cuando se me terminaron los capítulos me di cuenta de que eran más de las 4:30 de la madrugada... Jejeje inmersa en la historia me olvidé del mundo! Ahora la intriga me mata!! Tardan mucho en poner el siguiente capítulo?? ���������� soy adicta a este tipo de relatos, leo muchas historia diferentes pero esta me ha encantado!! Así que nada, aquí otra fan impaciente!!! Saludos desde Canarias!!

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    1. Bienvenid@ a nuestro blog Patricia. Ya hemos hablado un poco por Twitter xDD.
      Me alegro que por casualidad nos hayas encontrado y que además te hayamos gustado.
      Normalmente los capítulos se publican todos los jueves, o sea, hoy tendrás un nuevo capítulo. Espero que te guste y nos comentes. Un saludo enorme.

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  3. Impaciencia en 3...2...1... Jajajajaja

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