En mi instituto hay
una chica muy guapa, con una sonrisa brillante y preciosa. Esta chica tiene el
don de hacerme sonreír sin ni siquiera hablarme, más que nada, porque yo sé
todo de ella, pero ella no sabe nada de mí.
Me cruzo con ella en
el patio del instituto y en los pasillos, y nos cruzamos miradas, pero no sé
porque me mira, si porque también yo le gusto o porque sabe que no puedo pasar
por su lado sin mirarla.
Pero seamos
realistas, soy una chica no muy llamativa y ella es una chica que... ¡dios, que
chica! Me gustaría poder decir que sé que es lesbiana también, pero en
realidad no lo sé. Solo sé que nunca ha tenido una pareja, al menos nadie que
yo conozca de su entorno sabe nada. Pero es que no puedo creer que ella, una
chica de pelo castaño larguísimo, con unos ojos verdes hipnotizadores, esos
labios espectaculares que acompañan esa sonrisa, delgadita, pero sin parecer un
palo, y así a ojo ¡una noventa y cinco de pecho! Claro que eso es por lo que
he visto en su instagram, fotos en bikini y tal, no iba a ir sin atreverme si
quiera a decirle “hola", le voy a decir “Ey ¿tú que talla de sujetador usas?” ¡ni loca! Pues eso, que no me puedo creer que no haya estado con nadie.
Que me digan que yo
no he tenido pareja pues mira, pero es que hasta yo he tenido una pareja... y
eso que soy “monilla”, ojos verdes, pelo
corto con mechas y ni gorda, ni flaca, más bien flaca diría yo, mis amigos
dicen que estoy bien y mi abuela que cuando me abraza parece que abraza un
esqueleto. En definitiva, que si yo, una chica monilla,
de una ochenta y cinco he tenido pareja, como no va a haberla tenido ella, es
algo incoherente, creo que tiene tanto a chicos como a chicas tras ella, tiene
donde elegir, está claro.
Bueno, seamos
realistas, esa chica está esperando a alguien que seguro me da mil vueltas y yo
tengo que centrarme en mi examen de hoy, me juego el trimestre y seguro que nos
toca compartir el aula multiusos con otra clase para variar y que estarán la
mitad haciendo el tonto porque serán los de primerillo.
Vale, no, no es una
clase de primerillo...es su clase, no podía ser otra, tiene que ser con su
clase aunque no la veo, y yo teniéndome que centrar en un examen al cual llego
tarde y no sé donde me tendré que sentar.
Al fondo, las dos
únicas mesas que quedan vacías, supongo que una de ellas lleva escrita mi
nombre, y allí me voy a sentarme, e intentar sacar este examen adelante y
dejar de mirar a ver si la veo.
Me reparten mi
examen escribo mi nombre y de repente alguien esta sentándose a mi lado
mientras yo intentaba resolver la primera pregunta, sigo a lo mío, pero de
repente me hablan y acabo distrayéndome.
- ¿A qué día estamos?-. Era ella, esa diosa de
ojos verdes y sonrisa perfecta. Tardé unos segundo en reaccionar pero al final
lo pude hacer.
- Estamos a 13 de noviembre-. Acabé por decirle
mientras rogaban silencio en el aula.
Intenté centrarme de
nuevo en mi examen pero de vez en cuando no podía evitar mirarla en el silencio
del aula. Acabé mi examen, no podía salir del aula y no sabía qué hacer
para distraerme y no parecer una acosadora mirándola, pero es que hasta su olor
era perfecto, era como un olor a vainilla. Ella acabó también su examen y
seguíamos sin poder salir fuera y bueno, al final me alegro de que las cosas
fueran así.
- Por cierto, gracias por decirme la fecha.
- De nada, no fue nada – Le sonreí y me correspondió
la sonrisa.
- Por cierto me llamo Lola, bueno Dolores pero
prefiero Lola.- ¡Dios! No me lo puedo creer, no solo me estaba hablando, si no
que se estaba presentado, como si yo no me supiera su nombre.
- Yo...yo me llamo Patricia pero me dicen Patry.
- Encantada. ¿Y que tal tu examen?
Durante la media hora restante de clase
estuvimos hablando y ahora, aún entiendo menos como no ha tenido pareja, porque
es súper agradable hablar con ella y lo mejor de todo lo que hablamos fue que
me dijera que le apetecería seguir
hablando conmigo, aunque no sé si ha sido por quedar bien la verdad, pero
bueno, ya es el momento de ir a casa y mañana será otro día, al menos
pude hablar con ella.
- ¡¡Ring…..riiiingg….RIIIIING!!
- Que sí, que sí, que ya te he oído, cállate.
Suena el despertador
y me despierta de mala gana, estoy cansada, quiero seguir durmiendo. Son las 5
de la mañana, pero tengo examen de nuevo y tengo que repasar, así que saldré
de la cama y cogeré el libro para empezar a estudiar, ¿o debería de arreglarme
antes por si me duermo? Bueno, mejor me doy una ducha y me visto así me
espabilo un poco y después estudio hasta la hora de irme a clase.
Cojo la ropa y entro al baño donde me preparo la toalla y me quito la ropa para meterme en
la ducha, aunque en realidad preferiría que me la quitasen…
El agua sale templada,
cae en mi cara y se va deslizando por cada centímetro de mi piel, recorriéndola
como si recorriera el caudal de un río, teletrasportándome y haciéndome sentir
que floto en un río, me relaja y me hace sentir en paz. Cojo el jabón volviendo en
sí y me enjabono; me lavó el pelo, me aclaro y salgo liada con la toalla en el
cuerpo. No sé que me lleva a ello, pero la imagino a mi lado, acariciando mi
cintura y besando mi cuello, me hace estremecerme solo con pensarla pero… Me
echo agua fría en la cara, necesito centrarme, tengo que estudiar, tengo un
examen importante. Me visto, me peino y me vuelvo a mi dormitorio a estudiar.
Pfffff, ya es hora de
ir a clase y no estoy muy convencida de que vaya a aprobar este examen; además, ocupará las tres primeras horas de clase. Mejor dejo de pensar, meto prisa a mi
prima que seguro que no estará lista o volveré a llegar tarde.
Estoy ya en la
puerta del aula multiusos donde pasaré tres horas. Al parecer hoy no
compartiremos clase, al menos la primera hora, porque solo nos encontramos mis
compañeros y yo en la puerta con unos nervios increíbles y el profesor llega
tarde.
Hoy creo que volveré
a ocupar el asiento de ayer, no porque no haya sitios, si no porque me trajo
suerte, pude hablar con ella por fin, aunque solo fuera media hora.
- Alumnos, espero que ya estén todos. Una vez
entremos, no quiero sentirles hablar, les repartiré el examen y si alguien no
ha llegado aún no podrá pasar hasta la siguiente hora, para que luego no digan
que no les informo. Colóquense dejando un espacio de una silla entre ustedes,
por si asistiera alguna otra clase. No olviden que tienen prohibido usar el
móvil, si veo alguno encendido o apagado será requisado, si veo a alguien
intentando copiar o copiando, será suspendido de inmediato e irá a septiembre y
me aseguraré de que no apruebe mi asignatura este año. Dicho esto, pueden ir
pasando.
Sí, tenemos un
profesor algo serio y estricto pero es buen profesor, aprendo mucho de su
asignatura la verdad.
Última fila, asiento que pega a la pared y en
el lado izquierdo del profesor, ese es mi
asiento, aquí pasaré tres horas enfrentándome a mi examen.
- Comprueben que todos tienen 6 folios, tres
impresos a doble cara y tres limpios con el sello del centro. Las respuestas la
quiero en el folio del centro, no leeré los impresos, es más, se los quedarán
ustedes, yo ya tengo mis enunciados. Os desearía suerte, pero si habéis
asistido a mis clases y atendido no la necesitáis.
- Profesor, yo solo tengo dos folios impresos, me
falta uno.
- Ahora mismo solucionamos eso, pensaba que me
ibas a decir que no me atendías en clase y me iba a llevar una desilusión, señorita Patricia.
Ahora sí, mis tres
impresos con 25 enunciados, en tres horas, me sobran tiempo. Ahora solo
necesito silencio y centrarme en el examen.
Ya ha pasado una
hora y llevo 13 ejercicios hechos, a este ritmo me sobrará una hora, pero
tendremos una pausa. Viene un profesor a preguntar si pueden compartir con
nosotros aula las dos siguientes horas y le ha dicho que sí, así que volveremos
a compartir aula y habrá murmullo, así que esperaré a que se sienten y se
calmen para seguir. Es increíble, la tercera alumna que hay en la cola es Lola,
seguro que hoy se sienta en otro sitio, no tiene que buscar sitio libre, ni
sentarse a mi lado. Hoy está tan guapa; creo que desde que vi que estaba ahí,
no he dejado de mirarla. Hoy lleva esos pantalones apretados que le marcan un
culito increíble y le dan una forma preciosa, una camiseta algo ancha y con escote
lateral, normal. No tiene, ni creo que tenga, ningún problema por mostrar su cuerpo,
si es que es perfecta. Intento dejar de mirarla
y miro mi examen, siento que empiezan a entrar en clase y siento como la silla
de mi lado se mueve, viendo solo esos pantalones rojos, ajustados y sé que es
ella la que se sienta a mi lado, pero ¿por qué? No puedo evitar mirar para
asegurarme que es ella y me dedica una sonrisa y me dice:
- Hoy me traigo aprendida la fecha, aunque espero que me de tiempo de hablar contigo-. Creo que en ese
momento me puse roja por completo.
- Será un placer hablar contigo.
Volvió el silencio y
volví a mi examen. Me quedaban 12 ejercicios para casi dos horas y todo el
tiempo que me sobrara podría hablar con ella si ella acabara con tiempo también. Estaba bordando
el examen, creo que prácticamente estaba perfecto lo que había hecho; además,
salí de dudas cuando don Ramón me quitó el folio que tenía ya completo de los
ejercicios y me lo revisó.
- Muy bien señorita Patricia no esperaba menos de
usted. Me está sorprendiendo; prácticamente este folio esta perfecto.
Al decirme eso, mi
compañera porculera saltó diciendo que me estaba copiando, siendo mentira. Mi
suerte es que don Ramón sabía que no era así, al parecer había estado
observando mi comportamiento durante el examen y Lola me observaba en esos
momentos y yo me estaba poniendo muy nerviosa. Ella me miró de nuevo y me
regaló una de sus sonrisas como queriendo tranquilizarme. En esos momentos
parece que nos conociéramos de siempre, ella volvió a mirar su examen y yo volví
al mío. Tocó el fin de clase de 2 hora y a mí solo me quedaban 2 ejercicios
para acabar mi examen; al terminarlo no me dejarían salir, pero al menos podría
volver a hablar con ella y eso era algo que me agradaba. Acabé mi examen y me
quedé sentada apoyando mi espalda en la pared, mirando hacia a ella. Tenía
una letra preciosa, creo que todo en ella era perfecto, hasta sus exámenes. Tenía
todo meticulosamente ordenado, cada cosa de su color. Acabó su examen y fue a
entregarlo y nada más volver me habló.
- ¿Qué tal tu examen? De 10 por lo que dijo tu
profesor ¿no?
- Bueno eso dice él, yo creo que no paso del 7.
- Y yo creo que me gusta una empollona que sacará un 10-. ¡¡Esperaaa!! A dicho, ¿me gusta? ¿le gusto?
- A saber quién te gusta. ¿Y tu examen que tal?
- Ese comentario no tenía que haberlo dicho, pero
ya hecho porqué negarlo. Creo que llevo desde el año pasado cruzándome miradas
contigo, sonriéndonos en los pasillos, incluso hemos coincidido en fiestas y
nunca tuve valor de hablarte. Pero ayer lo hice y pude ver que me gustas más
de lo que pensaba-.
Vale, estoy roja, roja como un tomate y no sé donde
meterme. Le gusto y más claro no me lo ha podido decir, mi sonrisa demostraba
que me encantaba. Bueno, ahora debería de decirle que también me gusta, ¿o ya
lo sabrá?
- Yo te hacía con mejor gusto, la verdad- le dije
entre sonrisas-. Pero me alegro de ser yo.
Después se hizo el
silencio y no sabía qué hacer, así que le hablé del examen y de lo que tenía
pensado hacer en un futuro. Ella me comentó que su examen le había salido muy bien pero que no
había pensado que hacer en un futuro, que a ella lo que le gusta es la
fotografía y pintar, pero sus padres quieren que sea médica o doctora o algo del
estilo y también intercambiamos nuestro número de teléfono. Tocó el timbre que
anunciaba el fin de clase y el inicio del recreo.
- Te veo luego- me beso en la mejilla, cogió sus
cosas y salió; y remarco ¡me besó la mejilla!
- Has… hasta luego.
Salí al recreo con
mis amigos como siempre, y ella estaba con sus amigas, cada una en una punta
del patio, pero no podíamos evitar cruzarnos alguna que otra mirada. Fui con
mis amigas a dar una vuelta por el instituto por el mero hecho de andar un
poco, parecía que habíamos pensado
igual. En mitad del camino nos cruzamos cada una en un sentido pero haciendo lo
mismo, nos sonreímos y volvimos a cruzarnos miradas, cada vez me provocaba más
tensión mirarla, creo que la deseo ya demasiado.
Acaba el recreo y
como no es raro, soy la última en acudir a mi edificio. Entro y se
abre la puerta del aula de ciencias; hoy no tocaba esa asignatura y no debería haber nadie allí. Era Lola, salió del aula sin cerrar la
puerta, miró a ambos lados y viendo que no había nadie tiró de mí hacia dentro
del aula y cerró la puerta.
- ¿Ahora no tienes examen verdad?
- No, no tengo examen pero si nos pi…- no me dio
tiempo a decir nada más, sus labios besaron los míos y yo no supe más que dejarme llevar.
- Procuremos no hacer ruido y que no nos pillen.
Me sonrió y me
volvió a besar y esta vez me permití el lujo de juguetear con mi lengua, pero
ella me hizo estremecerme al sentir como sus manos tocaban mi abdomen por
debajo de mi camiseta, sus dedos estaban calientes. La sensación de estar allí
dentro con ella, haciendo algo prohibido, me excitó y mucho. Me apetecía desnudarla y poner mis manos sobre su piel desnuda. Me dejé llevar y quería
besarle su cuello y lo hice; y empecé a subirle la camiseta y noté como ella
acariciaba mi cuerpo. Menos mal que echamos el pestillo del aula porque oímos unas
llaves en la cerradura; nos miramos y solo se nos ocurrió meternos en un armario del aula y
esperar que no nos pillaran, era una situación que nunca pensaba vivir en el
instituto. Era un profesor a quien sentimos coger unas probetas y poco más; después salió pero no cerró el pestillo, supusimos que volvería así que
decidimos salir de allí y saltarnos las clases.
Estoy mucho más
tranquila, me ha encantado que me bese de esa manera. He sentido algo diferente
a otras ocasiones, hasta el momento nunca había experimentado tanto deseo por
una persona.
Me lleva de su mano
corriendo por el instituto, intentando que nadie nos vea, para saltar por
las vallas de atrás que están rotas. No sé donde me lleva ni que haremos por
ahí, pero estoy deseando salir corriendo de su mano y hacer cualquier cosa con
ella.
Ya estamos fuera del
instituto, y vamos andando sin saber a dónde, simplemente andamos y hablamos.
- ¿Te has saltado alguna vez las clases?- me dice
mirándome con esos ojos verdes que me cautivan y esa sonrisa llena de vida.
- ¿Cuenta irse en el recreo el día de puertas
abiertas?- me atrevo a decirle aunque supongo que ahora pensará que soy una
niña de mamá. Se ríe.
- No, no cuenta. Más que nada porque no se dan
clase ese día.
- Bueno, pues entonces no.
- Soy una mala influencia para ti. No debería llevarte conmigo.
- Bueno, estoy dispuesta a correr el riesgo- dije mientras en mi cabeza suena un “si es por ti, correré el riesgo que haga falta”.
- No sé qué pensar de eso.
Sonríe
y me agarra de la mano tirándome hacia ella y dándome un beso en el cuello,
beso que me hace estremecer y me deja con ganas de probar sus labios de
nuevo. No puedo evitarlo, la detengo, le agarro la cara y la beso, no podía
seguir con esas ganas de besarla. Ella agarra mi cintura, pegando mi cuerpo con
el suyo, acariciando mi cintura, nos miramos y pude contemplar mi reflejo en
sus ojos. Os juro que es lo más hermoso que he visto en mi vida, creo que es
un sueño hecho realidad.
No
sé cómo he llegado aquí pero está claro que ha sido ella quien me ha hecho
llegar a este lugar. Estábamos en su “casilla” (lugar donde iba los fines de semana
con sus amigos para escuchar música, beber y otros vicios), me perdí en su
cuello sin ni siquiera darme cuenta y ella consiguió llevarme donde quería. Fuimos por toda la "casilla", de pared en pared hasta que llegamos a la única
habitación donde había una cama, me tiró sobre ella y usó mi cuello como le
vino en gana mientras deslizaba las manos bajo mi camiseta levantándola
lentamente. Pronto sus dedos se encontraban sobre mi vientre, me quitó la
camiseta y la tiró por los aires. Sus labios empezaron a jugar con mis pezones, mis manos empezaron
a desnudarla. Me tocaba ligeramente, deslizándose hacia abajo, acariciando mi
entrepierna. Ella me agitaba, me hacia estremecer. Me besaba mientras sus dedos
seguían un recorrido hasta mis senos, los bordeó mientras yo seguía embelesada mirándole sus pechos y sus claros pezones, observando como se endurecían. Besó
generosamente mis labios.
Con
la punta de la lengua bordeé sus pezones mientras jugueteaba con ellos con mis dedos. Ella se agitaba y buscaba
mis manos, se abría y suspiraba, mis dedos se encontraban con su humedad, sentí
su clítoris como palpitaba y se lo palpé con cuidado. Volvió a estremecerse y
gimió, la besé mientras mis dedos la complacían. Sus caderas comenzaron a
moverse buscando más intensidad a mis caricias. Comencé a introducir un dedo
dentro de ella. Mientras lo hacía la contemplé sin apartar mi mirada de la suya, estábamos excitadas y eso se notaba en el ambiente.
Empujó
sus caderas hacia mí envolviéndome por completo. Le sonreí pícara y me devolvió la
sonrisa mirándome con esos preciosos ojos verdes. Poco a poco fui
descendiendo, llenándola de besos, hasta llegar al lugar que estaba esperando.
Su
cuerpo se puso tenso mientras mi lengua jugaba con su clítoris, terminé probando su sabor y pude sentir como se estremecía. Aproveché para introducir mi lengua dentro de ella, la moví lo mejor que pude intentando complacerla y sentía como se tensaba su cuerpo.
Pude
contemplar como sus manos agarraban fuertemente el colchón viéndome tentada a
penetrarla con mis dedos pero esta vez no introduje uno sino dos, con
movimientos circulares, rápido y lento, separando mis dedos dentro de ella.
Mientras lo hacía ella se incorporó un poco, sus piernas cada vez estaban más
abiertas mientras ponía su mirada fija en mí dejé de mirarla para seguir ahí,
donde tanto la excitaba.
Se
terminó de incorporar y sus caderas comenzaron a subir y bajar, rápido, más rápido.
Se sostenía echando los brazos hacia atrás. De esa manera pude contemplar como
hacía que mis dedos la penetraran como ella quería y cuando ella quería.
Envolvió mi cuerpo con sus brazos besándome en un profundo beso. Dio la vuelta
a toda la situación, me giró sentándose sobre mí, dirigió su manos entre mis
piernas y me miró con una sonrisa picara.
- Alguien está algo empapada ¿no?
- No sé de qué te sorprendes, sinceramente.
Me hice con sus labios e incluso nuestros dientes se rozaron. Poco a poco me fue tumbando hasta quedar completamente sobre mí. La volteé sin darle tiempo a una reacción y volví a introducir mis dedos, ella intentaba alcanzarme e introducir los suyos en mi interior, mientras usaba la otra mano para sujetar mi nuca con la intención de que nuestro labios no se separaran.
- ¿Ya?- le pregunté entre gemidos.
- Casi - fue capaz de responder.
Le
volví a acariciar el clítoris al igual que el recorrido de los pliegues de sus labios
inferiores repetidas veces. Le volví a preguntar pero no me contestó, se
limitó en sacar sus dedos de mi interior, curvar su espalda y pude notar como
su respiración se retuvo durante unos segundos dejando tras de sí un suspiro,
rodeándome después con sus brazos y su cara escondida
en mi cuello. Sentía como sus labios seguían humedeciéndose, dejando escapar
unos suspiros cada vez más intensos y tras el más profundo de ellos buscó mis
labios y nos fundimos en un beso apasionado. Mi vulva irritada se sintió complacida
cuando empezó a rozarse con su piel sin dejar de besarnos. Me miraba con sus
ojos verdes vidriosos, deslizó su mano dentro y me penetró. Yo moví mis
caderas, deseosa por terminar en sus brazos por fin para que me envolviera en
un abrazo mientras juntas controlásemos nuestra agitación. Mis caderas iban y venían contra su mano,
apoyada en su pierna, sentí que empezaba a ceder pero me obligué apoyando los
brazos a cada lado de su cabeza para sostenerme, quería que viera mi rostro de
placer. No pude más, cerré los ojos y gemí utilizando mis últimas fuerzas
antes de que el peso de mi cuerpo devorara sus dedos entre gemidos, y mientras
acariciaba mi rostro con la mano que tenia libre, no pude más y juntando mi
frente junto a la suya dejé que mi cuerpo experimentara lo que nunca antes había sentido.
Las
dos estábamos agitadas, me abrazo con fuerza. Estábamos empapadas y complacidas, me dejé caer sobre su hombro sin dejar
de abrazarla, me reincorporé un poco, lo justo para poder besarla, volviendo
después a acurrucarme en ella quien me abrazo de nuevo.
Me
quedé dormida y cuando me desperté estaba ahí, acariciándome y sonriéndome, me
dio un beso en la frente.
- Hola bella durmiente- me sonrió.
- Dime que no llevas todo el rato mirándome.
- ¿Por qué no debería de hacerlo con lo bonita que
eres?- me puse colorada.
- ¿De verdad?
- En realidad me acabo de despertar también, pero
no me habría importado quedarme mirándote, estabas más mona. Bueno, deberíamos
cambiarnos y volver al instituto, es casi la hora de salir.
Nos
vestimos y recogimos un poco todo lo que habíamos revuelto. Antes de salir me
besó, salimos hacia el instituto y allí se despidió de mí.
En
ese mismo momento me inundó una gran duda, ¿que soy para ella? ¿Soy solo un revolcón?,
¿un entretenimiento?. ¿A partir de ahora no querrá saber nada más de mí o qué sucederá? No quiero que esto acabe ahí.
Sigo
con mis dudas tirada en la cama mirando al techo sin poder dormir. No quiero
que todo se quede en un día y no sé si hablarle o no por Whatsapp. Tampoco
quiero que crea que la quiero atar.
- ¡¡Ring…..riiiingg….RIIIIING!!
- Diooos, otro día más.
Salí de la cama y me
arreglé, me preparé para ir a clase. Cogí mi móvil y vi que una luz parpadeaba,
lo desbloqueé y era un whatsapp suyo.
- Ey morena, tenemos que hablar. Te
veo en el instituto.
Y
ahora es cuando la veré y me dirá que no quiere saber nada más de mí, que lo de
ayer fue bonito pero que no podrá volver a ocurrir y todas esas cosas.
Estoy
en la entrada del instituto esperando a mis amigos para ir juntos a clase
como cada mañana, pero Lola llega antes que ellos, me coge del brazo y me aparta
un poco de la gente.
- Perdona que te coja así.
- ¡Eh! Hola, buenos días o algo no.
- Sí, mejor voy al algo- me besó agarrando mi
cintura- No soy capaz de dejar de pensar en ti, ni quiero hacerlo. Quiero que estés
conmigo, así que, es tu elección,
¿quieres ser mi novia?
Estaba
totalmente roja, no era capaz de decirle nada, así que simplemente me limité a
hacer lo que me apetecía hacer. La besé, la besé con todas mis ganas.
- Me tomo eso como un sí- me sonrió- Anda tira
para clase que vas a llegar tarde.
- Y tú no vas a llegar tarde, ¿no?. Anda tira tú también.
Al
final estoy con la chica que me gusta, que me encanta, con la que pensaba que
no iba a llegar a nada, pero resulta que está pasando de todo y no quiero que
deje de pasar.
Ahora
puedo decir que es mía y que estoy con ella, que ahora cada mirada y cada
sonrisa tendrá aún más sentido porque las cosas han cambiado.
Es
el momento de empezar un nuevo capítulo con una portada nueva, bonita y
colorida.
Escrito por @srtadesquiciada
Esta muy bueno, me ha encantado...
ResponderEliminarMe alegro mucho
EliminarWauuuu si este es el primero... Me siento a esperar a los demás!!! Felicidades!! Me ha gustado mucho!! No dejes de escribir!!! Besos!!!
ResponderEliminarMe alegro mucho, intentare seguir escribiendo. Un besos
EliminarPara ser el primero esta muy bien stardesquiciada, sigue así.
ResponderEliminarMuchas gracias, seguiré intentandolo. Un abrazo.
EliminarPrecioso, lindo y tierno ...caxis ¿una 95? joder podía ser una 80 sin copa coño!
ResponderEliminarbuen relato me fascino
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