Yo suelo decir que soy muy tontaina e idiota, que nunca aprenderé y, que por eso, me pasan las cosas que me pasan.
La gente que me conoce, en cambio, dice que lo que pasa es que soy demasiado buena, aparte de tontaina e idiota (estos dos últimos adjetivos es para tocarme, principalmente, las narices aunque sé que es verdad, yo misma me lo digo).
En fin, a lo que iba, me gusta ayudar a la gente. Me gusta escucharlas, prestarles atención, darles ánimos, opinar y aconsejar si me lo piden. No soy muy de expresar mis sentimientos, nunca he sabido hacerlo, pero intento transmitir tranquilidad, sosiego, calma, paz. Creo que son cosas esenciales para poder ver las cosas desde un mejor prisma a la hora de decidir que hacer. Lo hago tanto con amigas a las que conozco y hablo habitualmente, cómo con personas que ni conozco y que nos hemos cruzamos, por casualidad, en alguna red social o chat. Hasta aquí todo perfecto.
¿Qué pasa cuando te tienen más confianza? Pues que mi ayuda puede venirse en mi contra.
A veces, incluso a mí me pasa, estar mal de ánimos o por algo que ha pasado, hace que respondas de forma seca, tajante, con monosílabos... Cuando eso es así, es obvio que les pasa algo. Les pregunto, les agasajo, intento que se sientan a gusto conmigo y se calmen. En ocasiones, funciona y se tranquilizan. Me cuentan lo sucedido, cómo se encuentran, sus inquietudes ante ello. Otras veces, no quieren hablar del tema, quieren que les hable de otra cosa para olvidar, para desconectar de lo ocurrido. En ambos casos, intento darles lo que buscan y, en cierta manera, parece que les ayudo.
En otra ocasiones, las respuestas que te dan son irrespetuosas, de forma agresiva... Ante eso, no soy de darles la espalda cuando los considero amigos. Estos casos son los problemáticos porque no sabes por dónde te van a salir. Tienes que ir con mucho tacto en principio, y digo en principio, porque me acusan de no tener ningún tacto al decir las cosas. Reconozco que a veces lo digo a lo "burro" pero deberían pensar también, cuando lo digo de esa manera, todo lo que he podido aguantar anteriormente, que en eso, parece ser, que no se suelen fijar mucho, solo ven mi forma brusca de contestar a veces. Y sí, he dicho brusca porque quiero hacer hincapié en eso, porque brusca no es lo mismo que irrespetuoso o faltar el respeto.
Y en este punto es dónde llegamos al culmen de este post.
Al sentirse realmente mal me buscan porque saben que las escucho, que las atiendo, que, en la mayoría de los casos, las tranquilizo. Pero están tan mal, tan a la defensiva, tan quemada de la gente, de la vida, del mundo... que lo que necesitan es desahogarse, despotricar de todos y de todo, gritarle al mundo. Eso es lo que les digo, que se desahoguen conmigo, que me digan todo lo que piensan, que griten si es lo que quieren, que yo estaré ahí, a su lado, mientras lo hacen. Desgraciadamente, muchas veces ese estado lo que hace es que necesiten atacar. Cualquier excusa es buena para ir a mi yugular y desangrarme con lo que más me duele. No tienen contemplación y te hunden más. Al principio, les contestaba con algún mínimo ataque para que desistieran, pero ya me cansé. Prefiero callar y aguantar los golpes. El problema es que algunos son realmente golpes bajos, que hacen verdadero daño. Golpes que aunque cicatrizan como todos los demás, van dejando huella, no sanándose del todo.
Tengo miedo a que termine siendo una herida abierta, un daño irreparable, que no se cure como siempre pasaba. Tal vez mis fuerzas no son las de antes, quizás soy yo que me estoy haciendo más débil. No lo sé.
Lo que sí sé, es que sigo estando ahí para aquellas personas. Seguramente habré cambiado, como todo en la vida, pero sigo ahí. Que sepáis que sigo, como siempre.
Mientras, mi mente estará diciendo interiormente: "Desahógate conmigo pero, por favor, no me hagas daño".
Al sentirse realmente mal me buscan porque saben que las escucho, que las atiendo, que, en la mayoría de los casos, las tranquilizo. Pero están tan mal, tan a la defensiva, tan quemada de la gente, de la vida, del mundo... que lo que necesitan es desahogarse, despotricar de todos y de todo, gritarle al mundo. Eso es lo que les digo, que se desahoguen conmigo, que me digan todo lo que piensan, que griten si es lo que quieren, que yo estaré ahí, a su lado, mientras lo hacen. Desgraciadamente, muchas veces ese estado lo que hace es que necesiten atacar. Cualquier excusa es buena para ir a mi yugular y desangrarme con lo que más me duele. No tienen contemplación y te hunden más. Al principio, les contestaba con algún mínimo ataque para que desistieran, pero ya me cansé. Prefiero callar y aguantar los golpes. El problema es que algunos son realmente golpes bajos, que hacen verdadero daño. Golpes que aunque cicatrizan como todos los demás, van dejando huella, no sanándose del todo.
Tengo miedo a que termine siendo una herida abierta, un daño irreparable, que no se cure como siempre pasaba. Tal vez mis fuerzas no son las de antes, quizás soy yo que me estoy haciendo más débil. No lo sé.
Lo que sí sé, es que sigo estando ahí para aquellas personas. Seguramente habré cambiado, como todo en la vida, pero sigo ahí. Que sepáis que sigo, como siempre.
Mientras, mi mente estará diciendo interiormente: "Desahógate conmigo pero, por favor, no me hagas daño".
Escrito por Arwenundomiel
Entiendo perfectamente la situación, tú y yo vivimos un encontronazo al principio, cierto que no nos conocíamos, ahora tampoco, pero hay más confianza. Pero, aunque talvez me equivoco, Arwen cariño,no permitas nunca, que con la escusa de desahogarse te ataquen con algo tan bajo, y se que doloroso para ti(aunque no sé exactamente lo que es). Como te dije talvez me equivoco. Eso sí,como me enteré de que alguien te hace daño, sea quien sea me lo cargo. Además como dice mi mujer, los psicólogos tienen la mala costumbre de cobrar....
ResponderEliminarComo tienen la tan mala costumbre de cobrar, es por lo que cojo mi diván y empiezo a explayarme aquí, en mi blog, en vuestro blog, con todas vosotras. En definitiva, es para daros más el coñazo xDDD. Gracias Nika.
EliminarArwen, que reflexivo lo que expresas, me he puesto en las dos situaciones, cuando quiero hablar y al final termino hiriendo solo por el simple hecho de estar herida y cuando busco ayudar y salgo golpeada o por lo menos dolida de la realidad de otro. Es un hecho que todas estas situaciones nos hacen mas grades, mas gente, mas reflexivos, pero no dejes que te lastimen tan dentro, solo tu decides hasta donde puede llegar una palabra, hasta donde puede tocarte y sobre todo hasta cuando puede doler. No todos valemos la pena, no todos amamos al prójimo. Un abrazo para Ti, de esos que cruzan mares y caminan hasta Malaga. LA BEBA
EliminarTienes razón, Beba, pero las personas son como son y así soy yo.
EliminarUn beso enorme
... Y gracias por comentar.
Hola!
ResponderEliminarYo también de esa manera, pero a veces cuesta que la persona se sincere contigo. Lo malo, en mi caso, es que al recordar cosas pasadas , malas, y hacerlas salir a la persona, se sienten peor y es cómo que no siempre se puede saber qué decir. A mi me acusan de buenona , que no sé si de bueno, tendrá algo. Las personas cambian , no siempre estamos de la misma manera y te invito a leer mi entrada de hoy "Ánimos a modo de reflexión" creo que te puede ayudar. Yo, aunque no es algo que me guste reconocer, tengo muchos altibajos, en instituto sufrí bullying pero una nueva etapa a llegado a mi. Ya no soy la misma. sigo teniendo algunos miedos pero ¿quién no los tiene? Lo que está claro que los que más te conocen, sabrán como eres, y eso , lo comprenderán a la perfección. ( si son amigos de verdad) y otra cosa , es una muy buena cosecha la tuya, la de ayudar a los demás, y de seguro recoges frutos que ni imaginabas. Un gran saludo!!! muchos ánimos y todo mi apoyo!!
Muchas gracias por tu comentario. Así es como me sentía, y así es como me salió escribirlo. Muchos se han identificado con lo que pongo. Algunos apoyan mi decisión última en cambio, otros, discrepan. Yo pienso que mi decisión es para salvaguardarme un poco del dolor que puedan causarme, eso es todo.
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