Ven...

miércoles, 24 de julio de 2019

¿Cómo una simple palabra tuya, un verbo conjugado, puede provocarme tanto?


Lograste conseguirlo, por primera vez, con una frase de únicamente dos palabras. En cuanto te escuché pronunciarla, las mariposillas comenzaron a revolotear en mí haciéndome estremecer y dejándome sin habla. Supiste que algo pasaba. Me preguntaste si estaba bien, pero no logré describirte esa sensación que, por vez primera, me recorrió todo el cuerpo de abajo a arriba. No dudaste, ni por un segundo, en la causa de mi silencio, Has sido tú, con solo palabras, la única que me la has despertado y revolucionado de esa manera.


Con el tiempo, me he dado cuenta que me has agudizado todos los sentidos. La vista y el tacto, como es normal, eran mis sentidos por antonomasia, dejando atrás los otros tres. Tú, y solo tú, has logrado que disfrute de todos ellos contigo.

Vista: uno de los sentidos principales, al menos, para mí. Cómo no quedarme embobada mirándote de pies a cabeza. Atolondrada al mirar tu rostro, tu mirada, tu risa. Quedar seducida por esa boca que me sonríe y me besa.

Tacto: principal como el anterior. Recorrerte por completo con las yemas de mis dedos, con besos o con mordisquitos, es todo un placer. Dibujarte con caricias. Memorizar tu cuerpo, tu silueta, es deleite para mí.

Gusto: sentido que no utilizaba habitualmente. Como diría Víctor Manuel: "Nada sabe tan dulce como tu boca". Saborearte, centímetro a centímetro, es una delicatessen de la cual siempre quiero más.

Olfato: era algo que tenía casi olvidado. El primer día, me puse a oler un jersey tuyo aprovechando que no estabas en ese momento. ¿Qué fue eso? ¿Por qué lo hice? Un impulso, un deseo, un "no sé que" hacía que quisiera oler tu aroma. Nunca en mi vida me había pasado algo parecido, y no fue la única vez, pero todas me las provocas tú. No habría imaginado jamás que escondiéndome en tu cuello, oliendo tu piel, tu pelo, tu perfume, solo deseara estar así por siempre.

Oído: qué decir de este sentido. Tu risa, tus ronroneos, tus susurros, tus sonidos, tus palabras... alimentan mi sentido del oído. Me encanta cerrar los ojos y escucharte. Oírte y sentir millones de mariposillas, sentir mi piel de gallina, ese escalofrío recorriendo mi cuerpo.

No es de extrañar entonces, que con solo un "ven" mi corazón galope como si no hubiera un mañana, mis pulsaciones vayan a mil y mi respiración se agite más y más.
Anhelo escuchar ese "ven" porque, os lo juro, cuando lo escucho de tu boca, el unicornio vomitando arcoíris se queda corto a mi lado. Es tanto el amor, el deseo, la necesidad, el echarte de menos... que el escuchar solo esa palabra, es explotar de alegría.



Dime "ven" y allí estaré. Muevo cielo y tierra, turnos, horas, la montaña de Mahoma si hace falta.
Dime "ven" y tendremos nuestras primeras vacaciones juntas, solas. Disfrutando de la gente, de los paisajes, de nosotras.
Dime "ven" y verás que no son solo palabras, que hay mucho más en esta cosita tan pequeña.
Dime "ven" y me faltarán sentidos para amarte.

Chiquinina

Eres mi mejor casualidad

domingo, 21 de julio de 2019

Tal día como hoy...

Lloré de felicidad al verte allí, conmigo.
Tantas emociones, tantas sensaciones, tanta tensión acumulada... Tenía que explotar y salir de alguna forma. Corrí para que no me vieses llorar pero allí estabas tú, en ese lugar recóndito, detrás de mí abrazándome por la espalda, y con miedo por la incertidumbre de lo que ocurría.
Era felicidad, era alegría, era nervios, era miedo por todo lo que me bullía en el interior.

Nunca nadie me ha hecho sentir tanto como tú.


Tal día como hoy...



Un beso me hizo vibrar de cabeza a los pies. La farola y el manto de estrellas fueron testigos mudos de ese beso tan ansiado desde hacía meses. Un beso que, sin pensarlo siquiera, me cautivó, me enamoró, me hizo tuya por completo. Me podría haber quedado en ese beso eternamente, adentrándome en tu mirada, fundiéndome en tu cuerpo, saboreando tus labios.




Desde ese momento, supe que tú serías, para SIEMPRE, el amor de mi vida.‬


Tal día como hoy...
Unas mariposillas, que nunca creí tener, hicieron que todo mi cuerpo temblara con el simple roce de tus labios con los míos. Me las hiciste sentir, por primera vez, con solo una frase, sin tan siquiera habernos visto. ¿Cómo describírtelo? Imposible, solo sintiéndolas se puede saber de lo que hablo. Gracias por despertármelas. Dijiste que, tarde o temprano, las sentiría y, que fueras tú el motivo de sentirlas, fue lo más maravilloso. Me las revolucionas con lo que me dices, con esas caricias en mi muslo, con esos besos inesperados, tus susurros en mi oído.

Irremediablemente, soy toda tuya, SIEMPRE.

Tal día como hoy...
Vi un cielo estrellado que nunca me hubiera imaginado. Me quedé embobada, anodada al ver tanta belleza. Pero lo que nunca me imaginé fue que, esa chica que tenía delante, la que me estaba enseñando ese maravilloso manto de estrellas, brillara más que toda la vía láctea.
Has hecho que en todas mis noches me acompañen, me iluminen, y con ellas... tú.

Tú eres la que le da luz a mi vida.

Tal día como hoy...

Supe lo que era estar locamente enamorada de una persona. Nunca creí que se pudiera querer y sentir, de una manera tan visceral, a alguien. Encontré en ti el amor de mi vida.

Tú por y para SIEMPRE.



Tal día como hoy...
Eres mi mejor casualidad.
Tal día como hoy...
Eres mi mejor destino.
Tal día como hoy...
Estuvimos De cháchara.
Tal día como hoy...
Jacuzzi a la luz de las velas.
Tal día como hoy...
Nervios, deseo, amor.

TE AMO.

Chiquinina