Letras

lunes, 24 de octubre de 2016
Tengo la necesidad de escribir, de expresar con letras la frustración que tengo interiormente. He estado semanas sin hacerlo, y cuando lo hacía era poco y mal.
La cuestión es que no soy de las que escribo para poder encauzar, para bien, mis bajones. Prefiero no hacerlo porque no suelo exteriorizar mis sentimientos, me los reservo para mí (sobre todo si no son buenos).


Hoy me he decidido y aquí estoy… escribiendo. Y todo ello, porque he recordado una pregunta que me hicieron hace varias semanas: Si pudieras teletransportar una mano, y solo una mano, al lugar del mundo que quisieras, y pudieras tocar lo que desearas, pero sin traerlo con ella. ¿Qué te gustaría sostener en la mano?


No recuerdo si contesté. Lo que sí sé es que quiero tener ese poder en estos instantes. Necesito, casi de manera visceral, que mi mano llegara a Bilbao, o Badalona, o Burgos, o Barcelona... Es curioso, ¿no? Todos comienzan con la letra B. Supongo que necesito que llegue a algún sitio de España que empiece con esa letra. Desearía con toda mi alma entrelazar mis dedos con los de ella y no soltarla nunca. Apretarle la mano y que supiera que no está sola, que todo esto lo pasaremos juntas aunque ahora lo vea todo tan difícil.


Pero ya que me conceden ese poder, le añadiría el poder de Cerebro, el de X-men. Telepáticamente le transmitiría toda mi fuerza, todos mis ánimos para superar estos momentos. Así ya tendría el contacto piel con piel de mi mano, y esa energía para poder superar lo que se le ponga por delante.


Todavía no conforme con eso, y puestos a pedir, ¿por qué no pedir una teletransportación completa? Estar allí con ella, curarle las heridas, alimentarla en cuerpo y mente, apoyarla, animarla…


¡A quién quiero engañar! Es que no dejaría de abrazarla, de besarla, de mimarla… hasta que consiguiera esa paz interior que anhela. No dejaría de susurrarle en el oído todo lo que siento por ella, que hasta he pedido un poder imposible y me lo han concedido, solo por arroparla y que pueda apoyarse en mí, para así conseguir salir de ese agujero. No cesaría en mi intento de estar siempre a su lado, aunque para ella la palabra “siempre” sea una utopía, con el deseo de terminar siendo su refugio, aquel donde hallase esa calma y tranquilidad que tanto busca y nunca encuentra.


¡Me siento tan impotente al no tener todos esos poderes! Una pantalla de seis pulgadas en la mano es con lo único que cuento para todo lo que quisiera darle. ¡Puta realidad!

Ahora, y por desgracia, son mis letras las que intentan todo eso. Sé que será en un menor grado, pero espero que algo hagan... aunque solo sea dibujarle una sonrisa, esa que no debería borrarse de su rostro pero, que por el contrario, es muy difícil de ver. Esas letras que tanto amamos y que, por un motivo u otro, hemos dejado de lado sin quererlo. Letras que ahora emanan sin dificultad por mis dedos para poder dedicárselas. Letras… solo letras, que no son nada pero que para mí lo significan todo.

Escrito por Arwenundomiel

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