Relato "Un café y un polvo" Parte 8 (Capítulo 24)

jueves, 10 de marzo de 2016
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PARTE 8. VOLVER A COMENZAR
CAPÍTULO 24. LA VIOLENCIA ES TAMBIÉN UNA FORMA DE GRITAR AL UNIVERSO.


"-Almu, no debiste pegarle.

-Pero ese niño me quitó mi pelota y la dompió, Boo...
-Almu, que alguien sea violento contigo no te da razón para serlo tú también.
-Sí me da... tú gitas a papá y él te peba.
-Cariño, escúchame. Las personas violentas son mucho más que eso, no solo encierran un mundo las personas tristes o solitarias. La violencia también es una forma de gritar al universo.- Almu me miraba con cara de no entender nada. Yo pensaba en Alba...- Mira, lo que quiero decir es que a veces las personas violentas también están tristes y solo necesitan un abrazo.
-Mmm...- puso una cara pensativa que me sacó una sonrisa.- ¿mañana le doy un abazo al niño?
-Prueba
-¿Y si me peba?
-Entonces aléjate y no te vuelvas a acercar.
-¿Aunque necesite un abazo?
-Sí
-¿Pada siempe?
-Hasta que deje de gritar y puedas escuchar su corazón.- me miró como si me hubiera vuelto loca.
-Boo...
-¿Sí?
-¿Me das natillas?"

6 SEMANAS MÁS TARDE…

ALBA
-¡Señorita Nájar! Le pedí esos papeles hace más de dos horas y aún no están sobre mi mesa ¡¿Está esperando algún tipo de invitación?! - El padre de Martina avanzaba hacia mí dando grandes zancadas, Pilar se interpuso y le ofreció los papeles.
-Señor, la señorita me acaba de traer los papeles ahora mismo para que se los mandase.- él se los arrebató de la mano y se fue a su despacho mascullando en voz baja.
-¿De qué mierdas va éste ahora? De repente soy su ojito derecho y lleva varias semanas que no lo soporta ni su madre-  Aparté algunos papeles y me senté sobre la mesa de Pilar.
-Supongo que será por todo lo que ha sucedido últimamente en su núcleo familiar, lo sabe la mitad de la empresa…- dijo en un susurro Pilar mientras ordenaba unos informes.
-¿De qué puñetas hablas? Parece que no trabajo aquí - sonreí - Por lo visto soy de la otra mitad de la empresa que no se entera de nada.
-O que últimamente no estás muy centrada.- me sonrió con cariño.
- La verdad es que desde que Lucía desapareció del hotel dejándome esa jodida nota, no supe más de ella. La he buscado hasta debajo de las piedras y nadie sabe nada. Ni mi madre, ni mi tío, Marti…- me interrumpí a mí misma, lo de Martina me hacía mucho daño. Insistí en querer hablar con ella, por teléfono, en su propia casa, pero siempre me colgaba o no quería verme cerrándome la puerta en las narices. Me porté mal con ella pero no creo que fuera para tanto como para no querer siquiera contestar si sabía algo de mis hermanas.
-Lo siento pequeña, ya lo sabes. Aunque tampoco me extraña que Martina no esté a mucho últimamente.- Pilar tendió unos papeles a un compañero que pasaba por allí y volvió a sentarse en la silla para seguir hablando conmigo.
-¿Pero tú sabes lo nuestro?- Me extrañó que Pilar hablara de nosotras con tanta naturalidad.
- ¿Lo vuestro? - Pilar me miró desconcertada. - ¿El qué?- Me levanté inmediatamente de la mesa, sabiendo que metí la pata.
-¿Quieres un café Pilar? Voy a tomarme algo yo.
-Déjalo, podemos mandar a la becaria. - enseguida cogió el teléfono y antes de dejarme hablar pidió un café con leche caliente y un chocolate espeso, ya empezaba a conocerme, colgó y me guiñó un ojo. - Así de rápido. Todos hemos pasado por llevar café de un lado a otro - rió.
-Eres una capullita adorable- le sonreí y me volví a sentar en la esquina de su mesa.
-No es cierto, en mi opinión a esta chica no le viene mal bajar un poco de su podio de engreída, le vendrá bien.
-¿Es con ella con la que se le cae la baba al jefazo últimamente?
-¡Qué bah! El pobre últimamente solo tiene la mente en el Mateo ese, suficiente tiene con la mujer revisando sus cuentas e intentando que Martina retire la denuncia. Y él, en el medio, imagínate. Así tiene las ojeras que tiene.
-¿Qué… qué denuncia? ¿Martina ha puesto una denuncia? ¿Pero qué coño ha pasado?- me levanté y fui a su lado para centrarme en todo lo que me diría.
-¡Vaya Alba! Sí que es cierto que no te enteras de nada. - bajó el tono de voz - Parece ser que el prometido de la pequeña llevaba ya varias denuncias por violación...
- ¿Has dicho violación? - mi cara debía ser todo un poema, no creía que hubiera escuchado esa palabra, quise que volviera a repetírmelas para asegurarme de ello.
- Sí, sí. Eso he dicho. Parece que forzó a Martina… la pobre ha estado destrozada. Esas denuncias se quitaron por arte de magia. La madre está empeñada en que nada es cierto… pero viendo como la pequeña andaba últimamente, como un fantasma, yo juraría que es verdad.- Yo no podía respirar, me faltaba el aire con cada información que me facilitaba Pilar - Además, esa niña no se inventaría algo así. Créeme, la conozco demasiado bien. Y últimamente parece otra, ha dado un cambio radical y las dos últimas semanas parece más segura de sí misma- Mis puños apretaban más y más la mesa de Pilar conteniendo toda la rabia que me estaba creciendo desde mis entrañas-  Encima tuvo que pasar el maldito fin de semana ese con la familia y después de discutir muy fuerte con Ágata, en mi opinión esa señora siempre fue una bruja. Mi pobre pequeña… ¡una santa! ¡demasiado la aguantó! Y muy fuerte, Alba, es una chica muy fuerte. Y por si la pequeña pasara por poco, la madre, que quiere que quite la denuncia porque está empeñada en que es falsa, la ha castigado retirándole el dinero y por eso vigila las cuentas del jefe. Una auténtica víbora.
-¡¡¡NO QUIERO ESCUCHAR MÁS!!!- Me fui de allí como alma que lleva el diablo tirando a mi paso la mitad de los papeles y casi el monitor del ordenador si no hubiera sido porque Pilar tiene buenos reflejos.

Pero ¿qué coño había pasado en estas últimas semanas? ¿Dónde mierda estaba yo que ni me había enterado que el cabrón ese había violado a …? Las lágrimas empezaron a brotar y a descender por mis mejillas sin que pudiera hacer nada por evitarlo. Me dirigí a mi despacho a coger mis cosas e ir a ver a Martina. No me movería de su casa hasta hablar con ella.
El corazón se me iba a salir del pecho como siguiera latiendo de esa manera. No sabría decir si por la rabia, el cabreo, el verla de nuevo tras un mes sin tener noticias de ella o porque esta vez sabía que sí o sí terminaríamos hablando y no le permitiría que me cerrara la puerta como las otras veces. ¡Martina! no dejaba de martillearme la idea de que a Martina le ... Lo mataría, primero hablaría con ella y después me arruinaría la vida, pero yo mataba a ese hijo de la gran puta. La cabeza me iba a estallar, camino a casa de Martina me fumé dos porros sin tan siquiera darme cuenta de ello; no pensaba en otra cosa, no podía pensar en otra cosa.
Por suerte el portal estaba abierto y subí por las escaleras saltando los escalones de dos en dos, me faltaba tiempo para ir en busca de Martina. Una vez en frente de su puerta se me paralizaron todos los músculos. Definitivamente como no me calmase me daría un infarto, las pulsaciones las tenía a mil y tenía la boca seca.
Me quedé un minuto, quizá dos tratando de calmarme, tratando de aclarar mis ideas y poder conseguir que mi conversación con Martina fuera coherente y tranquila. Coherente podría conseguirlo, tranquila sería casi imposible, mis deseos de asesinar a alguien estaban a flor de piel. Respiré hondo y llamé al timbre. A los pocos segundos la puerta se abrió y apareció Martina con el pelo despeinado y suelto, unos pantalones de cuero negro ajustados, un sujetador negro y una camisa de cuadros negros y rojos totalmente abierta. No se parecía a la Martina que yo conocía de pelo recogido, faldas plisadas y jerséis de lana. Llevaba un trapo de fregar en la mano.

-¿Alba? - parecía sorprendida pero más sorprendida estaba yo con la nueva versión de Martina. Estaba espectacular pero yo me encontraba destrozada, ¿cómo era eso posible? Mis lágrimas volvieron a aflorar al volver a recordar el motivo de mi visita y mi pecho se movía arrítmicamente al igual que mi respiración entrecortada.
-¡Martina!- sin pensármelo me lancé a abrazarla mientras me seguían cayendo lágrimas sin cesar. Ella se apartó de mí e impidió que la abrazase.
-¿Qué haces? - debió notar lo fría y dura que sonó al ser tan tajante y añadió - ¿Qué haces aquí, Alba?
-Acabo de enterarme de lo que te...- intenté volver a abrazarla.
-Ya - me interrumpió de nuevo fríamente. Las lágrimas brotaban de mis ojos y vi como algo dentro de la mirada de Martina peleaba con la nueva Martina que tenía ante mí - Pasa - dijo por fin. Y se apartó de la entrada para dejarme hueco. - Estaba fregando. - Entré algo descolocada, no era ella, no era Martina, no me dejaba tocarla y esa mirada suya…
-Te juro que si lo hubiera sabido antes, hubiera estado contigo estos días.
-No pasa nada. - volvió a cortarme. Era cortante en todas las palabras que salían de su boca...
-¿Estás… ?
- Estoy bien. -se adelantaba a todas mis preguntas y no me dejaba terminar de hablar. - ¿Quieres algo de beber?
-No- me sequé las lágrimas con la manga de mi blusa- O sea, es verdad todo lo que me dijo Pilar- mis manos volvieron a convertirse en puños y me los pegué a mi cuerpo para no dar golpes a las paredes que era lo más cerca que tenía a mano. Ella me miró impasible y sin mediar palabra se dirigió a la cocina, a los pocos minutos salió con una de sus enormes tazas de café en la mano.- ¿Por qué no me lo contaste? ¿Por qué no me llamaste? No respondías a mis llamadas ni has...
-¿Seguro que no quieres nada de beber?
-¡Martina por favor!
-Alba - me fulminó con la mirada. - No -tajante y clara. No tuve más remedio que aceptar sus condiciones.
-Está bien Martina. Solo dime una cosa.
-¿Qué?
-¿Estás bien?
-¡Alba, joder! Te he dicho que sí. Sí. Estoy bien. No quiero tu compasión, si has venido a eso, puedes irte. No soy un perrito al que hayan jodido ¿Vale?- esa reacción de Martina me hizo despertar y exploté.
-¿Y dónde coño está el cabrón ese que lo voy a matar…?
-¡ALBA! ¿NO ME HAS ENTENDIDO AÚN? - la taza de café se había derramado sobre la alfombra y estaba en el suelo. El cuerpo de Martina temblaba violentamente y me miraba con los ojos crispados y brillantes. - ¡No tienes que meterte en esto! ¡Te largaste! ¿Qué intentas arreglar ahora? ¡Puedo apañármelas sola!
-No, no puedes. Yo me busco la ruina pero yo me cargo a ese hijo de puta- me levanté rabiosa.
-Pero, ¿Tú qué mierdas sabrás? ¿crees que puedes venir aquí y arreglarme la vida de un puñetazo? Déjalo ¿Me oyes? ¡Déjalo!
-Y una mierda lo dejo. Mira lo que te ha hecho, ¡te ha cambiado entera! ¡No eres la misma!
-Me siento más segura así. ¡Y es mi vida, Alba! No tienes porqué meterte en ella.- vi como las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos y el cuerpo volvió a temblarle de nuevo.
-Sigue en la calle, ¿verdad?
-¡Déjalo! ¡Déjalo! - se tapaba los oídos con las manos y las lágrimas salían convulsivamente de sus ojos, incontrolables e imparables.
- ESE CABRÓN SIGUE SUELTO- grité como nunca en mi vida lo había hecho, ya no podía controlarme. Lo mataría. Martina ya no me respondía, se agarraba del pelo fuertemente con los puños cerrados y las manos las tenía blancas de la fuerza con que apretaba. Sus lágrimas se habían convertido en un sollozo continuo que luchaba con su propia respiración.
-¡Ya está bien! Ya he oído suficiente y Martina ya ha aguantado demasiado tus gritos- me quedé mirando hacia donde venía esa voz, la chica que había hablado se movió rápidamente y Martina enseguida avanzó hacia ella y se metió en los brazos que la chica le ofrecía- Hazme el favor y vete Alba.
-¿Quién co…- rectifiqué, no sabía quién coño era esa chica pero Martina se abrazaba a ella como si fuera su salvavidas- ¿Quién eres?
- Es Ana - Martina me miraba, pero seguía pegada a la chica, las dos se rodeaban mutuamente, con un brazo que deslizaban en la cintura de la otra. - Mi compañera de piso.
-Disculpa yo… Bueno, esto me supera y…- Intenté disculparme de la mejor manera posible.
-Lucía me llamó - Martina me miraba y pude encontrar su mirada otra vez en sus ojos. - Ese día Lucía me llamó, siento no habértelo dicho antes. Me dejó varias llamadas entre las cuatro y media y las cinco de la tarde. Cuando se las devolví no volvió a cogerme el móvil.
- Llevo buscándola más de un mes. No sé dónde coño está. Se fue con Almu del hotel dejándome una mierda de nota. Me estoy volviendo loca.
- ¿No sabes dónde está? - la expresión de dureza y luego de miedo que había portado toda la tarde desapareció y la cara de sorpresa de Martina me dejó ver que aún conservaba todos los rasgos dulces que ella tenía. - ¿Cómo que no sabes dónde está?
-NO, NO SÉ DÓNDE COÑO ESTÁ, NO SÉ DÓNDE PUÑETAS BUSCAR.
-Alba, sal de aquí hazme el favor- con voz tranquila, la voz de la tal Ana me invitó a marcharme de allí- Cuando te calmes, cuando sepas comportarte, cuando sepas tratar a Martina como se merece y sepas que los gritos la alteran y que necesita que le proporcionen calma, vienes y lo hablamos tranquilamente- me mordí el labio inferior tan fuerte que noté como la sangre se deslizaba por mi boca, tenía que controlarme por mí, por Martina y por no matar a esa Ana a quien abrazaba Martina y que no era yo. Me di la vuelta sin pronunciar palabra y salí de allí con un fuerte portazo tras de mí.

Pude tranquilizarme dando mil vueltas al parque del lago que se encontraba muy cerca de la casa de Martina. Por suerte mi mente pudo controlar todos los sentimientos de rabia, amor, furia, ternura, odio, confusión, inseguridad, miedo…
Mis ganas de asesinar a ese hijo de puta seguían a flor de piel, las ganas de mandar a la mierda a los padres de Martina también, el deseo de encontrar a mis hermanas diariamente estaba latente. No podía más, todo se me escapaba de control. Tenía que serenarme y volver a tener el control de todo o volvería a recaer.
Cogí el móvil y busqué en contactos a Doris.

-Hola nena. ¿Qué tal estás?... Necesito verte lo antes posible. No, no puedo esperar, tiene que ser hoy o mejor… ahora. Te agradecería que anularas la cita con ese cliente tuyo. Te necesito Doris, en serio- En ese instante se dibujó una sonrisa en mi cara mientras daba vueltas a un árbol del parque con el móvil en la oreja y mi mirada perdida en el césped- Muchas gracias Doris, te debo una. Cojo el coche y voy para allá. Nos vemos en veinte minutos. Ciao
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Buzzys
Arwenundomiel

8 comentarios:

  1. En cada capítulo la historia da un giro!!! Jejeje por dios la incertidumbre de las niñas me mata!! Y ellas... En fin...
    Por cierto me encanta la nueva Martina!!

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    1. Me alegra que en cada capítulo te vaya gustando los giros de la historia. A ver la nueva Martina que nos va a deparar. Gracias por seguirnos y por comentar.

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  2. Y ahora viene Alba a ser la salvadora? Vamos que si no se llega a enterar no sigue intentando hablar con Martina. Es como esa gente que no visita a la gente del hospital pero si va al entierro. Anda ya!

    Bien por boo que la aleaciona en el cariño. Si aprende a dar abrazos en vez de hostias ya de pequeña mejor que mejor jeje

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    1. Te recuerdo Lauryncorr que Alba fue en busca de Martina varias veces y ésta le dio con las puertas en las narices todas ellas, además de no querer cogerle el teléfono.
      Lo de Mateo lo único que hizo fue que Alba fuera a buscarla pero esta vez no se movería del sitio hasta hablar con ella. Creo que es comprensible que con el problema del padre y sus hermanas, esté que todo le desborde y no sabe por donde coger las riendas.
      Y lo de las niñas, pues... Todas coincidís en saber más de ellas; la verdad es que... ¿dónde estarán? Gracias por seguirnos semana tras semana.

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    2. Si tan intensita es Alba tendría que haber acampado en la puerta de Martina hasta que, por sus huevos morenos, ésta la hubiera hecho caso. Por otro lado también entiendo que esté desbordá perdía. Tengo ahí esa dicotomía interna que no termino de aclarar.

      No tengo en un primer plano de preocupación lo de las niñas porque confío en Lucía.

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    3. Es posible que tengas razón, de todas formas, como bien dices, está desbordá perdía y creo que no se aclara ni ella misma.
      Esperemos también que las niñas estén bien.

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  3. Veo disputa amorosa por Martina entre Alba y Ana... Mateo que ni se acerque que pilla fijo jaja

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    1. La verdad es que a Alba no le ha gustado nada la reacción de Martina cuando vio a Ana. ¿Tú crees que habrá disputa? Quien sabe, en esta historia siempre hay giros inesperados. Gracias por comentar y por seguirnos fielmente.

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